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viernes, 28 de febrero de 2014

Los símbolos de los cuentos


Todos sabemos que en los cuentos abundan los símbolos que tienen clara correspondencia con la realidad escondiendo mensajes ocultos que casi siempre acaban en una clara moraleja. Los cuentos inculcan unos valores que poco a poco se van perdiendo porque se consideran solo para niños. Dejadme deciros que los cuentos, las leyendas y mitos no son solo para los niños; es más, en la antiguedad todo aprendiz de sabio debía aprender todo cuento y aprenderse todas sus enseñanzas e incluso elaborar sus propios cuentos. Para muchos pueblos y tribus los cuentacuentos eran y son venerados como sagrados y sus enseñanzas se consideran divinas siendo conservadas a lo largo de las generaciones, como hacían los antiguos celtas o los bardos, transmitiéndose de boca a boca. Es por eso que los cuentos cuanto más antiguos más enseñanzas nos ofrece en su rico vocabulario y amplios simbolismos escondidos. Solo debemos pensar y asociar encontrando más de una interpretación.


Los cuentos comienzan casi siempre con la expresión "Erase una vez..." pero ¿Que significa? Normalmente hace referencia a que la historia que se cuenta es algo que puede volver a suceder una y otra vez, en diferentes casos con lo cual el cuento debe ser releído en todas aquellas ocasiones que la vida lo requiera.



El elemento más popular de toda leyenda o cuento que se precie, es el dragón. En las leyendas nórdicas puede leerse que Sigfrido, héroe vencedor del dragón, podía comprender a la perfección el lenguaje de los pájaros. En efecto, la victoria sobre el Dragón, como en los mitos griegos, tiene como consecuencia inmediata la conquista de la Inmortalidad, personificada por algún objeto al cual el dragón

impide aproximarse, y que una vez conseguido, se adquiere con él la tan ansiada divinidad o condición total de héroe. En algunos casos incluso se ve reflejada en alguna recompensa extraordinaria o don como la comprensión del lenguaje de los Pájaros.


En muchas culturas el árbol de la sabiduría, de la vida y la muerte, como por ejemplo el árbol de las Hésperides, el árbol biblico de Adan y Eva,Yggdrasil, etc... está fuertemente custodiado y protegido por monstruos o serpientes aladas y casi siempre por un dragón voraz y siempre vigilante. El simbolismo está claro. La inmortalidad es díficil de adquirir y se debe pasar una gran prueba. El héroe por lo general tiene que abrirse camino, tras haber pedido consejo a los seres adecuados (sean dioses o seres fantásticos o allegados), derrotar al dragón y obtener así el derecho a la inmortalidad. Por tanto el árbol encarna la vida eterna, la inmortalidad, la sabiduría encarnada, algo no muy descabellado para los antiguos puesto que existen árboles que viven más de mil años y parecen prácticamente inmortales a ojos de los hombres.El árbol también puede simbolizar la vida, el crecimiento o la maduración física y psíquica del individuo. En cambio el dragón simboliza nuestros miedos, todo aquello que nos impide avanzar en nuestro camino espiritual.


Para los que no lo sepan, en el cuento original de la cenicienta, no hay hada madrina. La protagonista planta una rama en la tumba de su madre, que se convierte en un hermoso avellano y allí habitan los pájaros y demás elementos de la naturaleza que ayudan a Cenicienta cuando ésta les pide ayuda. Suele ser curioso que un avellano, un árbol sagrado para los celtas, que simbolizaba la sabiduría ancestral cumpla aquí el papel del hada. Si lo pensamos bien, es incluso lógico que luego, con los siglos, para que quedase todo más mágico y estimular la imaginación, se reemplazase el avellano por un hada madrina.


En el cuento de “Blancanieves”, cuando ésta yace dormida en el ataúd de vidrio, que simboliza su muerte espiritual, tres pájaros acuden a llorar junto a los siete enanitos; la lechuza (pájaro de la muerte y la sabiduría), el cuervo (pájaro de Odín, dios de la vida y la muerte) y la paloma (pájaro de Afrodita, de la inocencia y el amor). Es curioso que los tres pájaros, que son claves en el cuento, simbolizan de nuevo algo tan sagrado para los celtas como es el número tres y que representa el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu, la eterna evolución y el aprendizaje perpetuo para alcanzar la sabiduría total. La paloma y el cuervo simbolizarían las aves que guían al hombre en la luz y oscuridad en la búsqueda del conocimiento mientras la lechuza representaría la sabiduría necesaria para tomar las correctas decisiones. Quizás los cuentos vengan a decirnos que después de las oportunas pruebas (casi siempre duras y dolorosas) que nos da la vida, la recompensa de la sabiduría y felicidad nos venga dada como por arte de magia.


El número tres al igual que otros números como el siete aparecen frecuentemente en los antiguos cuentos, dándonos pistas acerca de su oculto significado. El siete significa el lado intuitivo e introspectivo de la vida y del ser, el número de la victoria, de los héroes y de los que jamás se dan por vencidos y llevan a cabo la realización de sus sueños. Los enanitos de Blancanieves son un claro ejemplo de esta metáfora, eternos amigos de la protagonista que incluso puede simbolizar la ayuda espiritual de los minerales a los que aluden todas las añejas enseñanzas populares y esotéricas.


Tampoco es casual que en Blancanieves y en otros cuentos aparezca la manzana como simbolo recurrente, otro vestigio celta ya que la manzana era para los celtas un símbolo de inmortalidad y vida. En el caso de Blancanieves la malvada madrastra le da a ésta una manzana roja envenenada. El color rojo puede significar la madurez sexual y menstruación que ya posee Blancanieves y que la madrastra tanto envidia y que también aparece en otro conocido cuento: el cuento de Caperucita Roja. La capreruza roja simboliza también en este caso el paso de niña a mujer (mestruaciòn).

También las mariposas suelen aparecer habitualmente en los cuentos de hadas, simbolizando la transformación espiritual que alcanzamos a una edad determinada y que acude a nuestro grito de auxilio cuando estamos en graves problemas, ya sea mediante sueños o avisos de nuestro inconsciente.


Perderse en un frondoso bosque representa el abandono de la seguridad de la niñez para internarse en un terreno nuevo y desconocido, donde tendrá que enfrentarse a monstruos, brujos o dragones que simbolizan sus propios miedos interiores, que lo obligarán a perder su inocencia y alcanzar la madurez absoluta. Y así podíamos seguir hasta el infinito, buscando correspondencias o simbolismos tanto espirituales como psicológicos.


Evidentemente, los antiguos cuentos a lo largo de los siglos, han sufrido distintas alteraciones para hacerlos más inocentes a ojos de los niños o para asimilarlos a cada cultura. Hay una teoría que dice que en los tiempos remotos de la antigüedad, los hombres, expertos observadores de astros nocturnos, tenían experiencias astrales. Un hombre las contaba a otro, el otro las recogía a su vez y los plasmaba en un cuento iniciatico que ayudaba a su pueblo y que se transmitía de generación en generación y de lugar en lugar.


Podemos concluir entonces, sin lugar a dudas, que los cuentos aluden a la gran necesidad que tenemos todos de aprender de cada situación que nos ofrece la vida, sea ésta agradable o desagradable, hasta lograr que todo nuestro ser se eleve espiritualmente hacia la luz de la felicidad última e imperecedera, aquella que surge de nuestras buenas acciones y de la pureza y dulzura de nuestro corazón.