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martes, 26 de julio de 2011

Las bodas celtas



 La ceremonia celta del matrimonio tiene un significado más profundo que el que se da en otras religiones actuales. Según los celtas, dos almas se unen para que sus fuerzas y cualidades se dupliquen y suplan sus carencias y defectos con el apoyo y aprendizaje del otro. Como casi todas las costumbres celtas, el rito completo es un tanto desconocido ya que lo que sabemos es gracias a historiadores clásicos romanos como Diodoro de Sicilia. Aún así vemos en la mitología irlandesa y en movimientos druídicos modernos bodas celtas que son interesantes y pueden ser muy aproximadas a las ceremonias originales

Como es tradicional en todas las festividades de origen céltico, las uniones conyugales solían asociarse a las fiestas de Beltane (1 de mayo) que significa: “El fuego de Bel” en referencia al dios Bel, Beli o Belenus, el dios del fuego, una fiesta muy relacionada con la primavera y los ritos de fertilidad.

Además de Beltane, Lughnasadh (1 de agosto) era época de casamientos e incluso era costumbre celebrar bodas durante la Luna Llena. Lughnasadh marca el comienzo de la época de la cosecha, la maduración de las primeras frutas, y fue tradicionalmente un tiempo de reunión de la comunidad. 

La denominada Luna de Miel por ejemplo es una costumbre que se originó entre los celtas de Gales. Dice la leyenda que su origen se debe a que los novios observaban varios días la luna solamente bebiendo una bebida, el licor de miel (hidromiel) durante los 30 días que seguían a la boda. Esto se hacía como un ritual de alianza entre iguales, que debía comenzar con los mejores augurios, purificación y fortaleza posible

En este tipo de ritos, los druidas eran convocados para dar su bendición pero cuidado, no hay  que ver al druida en el papel del sacerdote cristiano que conocemos en las bodas actuales ya que su papel iba más allá. 

Como acto social, entre los celtas, cuando una muchacha entraba en una edad considerada apta para el casamiento,(para las mujeres se realizaba a los 12 años y para los varones a los 14) se organizaba un gran festín, al que se invitaban a todos los jóvenes solteros, la muchacha en un acto ritual con un profundo sentido místico escogía al que ya había elegido previamente, en recíproca correspondencia, y le ofrecía agua para que el joven se lavara las manos, este protocolo era el abierto compromiso público de que ambos se amaban y deseaban enlazar sus vidas para siempre.

Cuando se celebraban los esponsales, todos los parientes de la pareja casadera estaban presentes, puesto que el acto de abandonar una familia para formar otra, era un hecho de suma importancia para todos, había previamente un acercamiento y unos acuerdos entre las familias de los futuros cónyuges en los que se fijaba la dote, sin importar la clase social a la que pudieran pertenecer.

En Irlanda y Bretaña, ocurría lo mismo, pues el hombre que se desposaba, debía aportar la Coibche que era una especie de precio simbólico por su futura esposa. En este caso, ésta iba destinada al padre de la pretendida, pero solo si la mujer se casaba por vez primera, si era el segundo matrimonio de la mujer, el padre únicamente recibía los 2/3 de la dote y el tercio sobrante se lo apropiaba la pretendida. De ser su tercera boda, el padre solo recibía la mitad y la novia el resto y así sucesivamente. Si el padre ya había fallecido, este derecho recaía en el hermano mayor de la desposada, pero solo tena derecho a la mitad de lo que le hubiera correspondido al padre.


El término "novia" también es celta y su origen en inglés Bride, se refiere a la diosa Brigit o Brigid, la diosa del fuego. El velo, parece ser, es una muy vieja tradición que también se remonta a las ceremonias celtas tardías. Antes de que a la novia se le pusiera el velo era una doncella. Cuando se le colocaba, ella se convertía en una diosa por derecho propio representando así el misterio de todo lo que representa la feminidad. Cuando el novio quitaba el velo, ella volvía a este mundo cambiada, dando paso a un nuevo comienzo. 

Se sabe que en Irlanda, los matrimonios eran un contrato que duraba 6 meses y que podía ser renovado si las cosas iban bien. Esto es lo que se llama: “Handfasting porque, mientras se miran a los ojos uno al otro, la pareja toma juntas sus manos derechas e izquierdas formando el símbolo del infinito (como un 8 recostado) mientras que la cuerda se ata alrededor de sus manos en un nudo. Esta acción de unir las manos proviene de antiguas tradiciones indoeuropeas sobre la fusión y armonización entre el hombre y la mujer

El signo del Infinito, usado en el acto final de la "Unión de Manos”, simboliza desde la antiguedad dos círculos que representan al Sol (masculino) y a la Luna (femenino). Estos handfastings o llamados también matrimonios de prueba, duraban generalmente un año y un día, con la opción de finalizar el contrato antes del nuevo año o en el siguiente Lughnasadh y así formalizarlo como un matrimonio más permanente.

En las Islas Británicas, Handfasting, este antiguo ritual pagano de matrimonio, siguió siendo legal en Escocia hasta 1939, incluso después de que se declarase que los matrimonios en Inglaterra solo podían ser legales si se realizaban por un clérigo. En aquellos tiempos, la propia pareja solía realizar el rito pagano a escondidas y ante testigos. Hay muchas variantes de como se han realizado los Handfastings, los cuales parecen cambiar con el transcurso de los tiempos y regiones. Unos usaban sólo una cuerda o listón, mientras los otros utilizaban hasta seis. Las bodas escocesas usaban un pedazo del tartán de la familia para atar a la pareja. En algunos rituales para finalizar el matrimonio, la pareja juntaba sus manos y saltaba sobre una rama o una escoba.

Se dice que este rito se utilizaba en Escocia como rito de compromiso público (duración de 1 año y 1 día) antes de efectuarse la boda.

 En algunas versiones, el rito de Handfasting se hace solamente por el tiempo que dura la ceremonia, pero en otros casos, el rito se mantiene vigente hasta que el matrimonio está consumado físicamente, algo que muchos autores recalcan como parte del rito original.


Los antiguos irlandeses eran muy conscientes de la necesidad de unos requisitos y derechos en este tipo de uniones. De hecho, tenían 10 formas y grados diferentes de matrimonio. Cualquier relación que daba lugar al nacimiento de un niño, era considerado como un matrimonio a fin de asegurar los derechos del niño. La mayoría de estos matrimonios se opusieron a la Iglesia, especialmente los que se podría considerar como el concubinato, o de carácter temporal.

Algunos accesorios de boda celtas han sobrevivido a los tiempos y todavía son usados hoy, como el anillo de Claddagh el cual durante la ceremonia de boda, se cambia de posición con el corazón mirando hacia el brazo, para significar la lealtad final del corazón en el matrimonio

Este rito antiguo celta se realizaba en exteriores, donde la naturaleza pudiera bendecir la unión. Es de suponer, dado el amor que los celtas profesaban a la naturaleza, que los principales lugares de boda se realizaban en los bosques, seguramente rodeados de sus árboles sagrados y más representativos.

Era habitual que los novios tuviesen puesta en la cabeza una corona realizada con ramitas de hiedra y otras hierbas para simbolizar el amor y los buenos deseos.   

A continuación, se creaba un círculo alrededor de la pareja decorado con flores, piedras, ramas de árboles, etc., una costumbre que aún perdura en muchas bodas actuales celtas. Luego el druida bendecía y consagraba el círculo, símbolo de la eternidad. Después se honraba a los dioses u espíritus de la naturaleza y se depositaban las ofrendas en el lugar que el druida hubiese designado. Los padres de los novios hacían entonces un intercambio de regalos honrando sus líneas de sangre y bendiciendo la nueva unión que casi siempre derivaba en peticiones de fertilidad y prosperidad hacia la pareja.

Una vez terminado el rito tenía lugar el banquete, una costumbre que ha llegado hasta nuestros días y las fiestas de fertilidad donde se honraba a los nuevos casados con diferentes danzas y rituales.

Os dejo el ritual completo de una ceremonia de boda celta actual que realizan muchos movimientos druídicos actuales y que es muy interesante:

EL RITO DE MATRIMONIO

Que cada persona aquí reunida llame a este rito sagrado, a este sitio consagrado, los poderes que nosotros conocemos como las fuentes del amor y de la inspiración.
Tomemos unos momentos para ponernos en armonía con este Presencia para poder abrirnos del todo hacia la importancia de este momento y este lugar.
¿(novio) y (novia), acudís a este lugar por voluntad propia, libremente?


PAREJA: Así es 

Honremos ahora las cuatro direcciones cardinales de nuestro mundo, para que sus bendiciones sean traídas a esta pareja. 

Se lleva a la pareja alrededor del círculo, a cada una de las cuatro direcciones.
(Este) ¡Espíritus del este, espíritus del aire, dejadnos sentir vuestro aliento!
A través de tiempos de incertidumbre, a través de los vientos del cambio, ¿todavía os amarais y os honrarais? 

PAREJA: Sí lo haré/Sí lo haré 

¡Entonces sed bendecidos por los poderes del este! Que juntos ENCONTRAR la libertad del vuelo por el aire claro de las montañas, que vuestro matrimonio renazca con cada nuevo amanecer.
(Sur ) ¡Espíritus del sur, espíritus del fuego, dejadnos sentir vuestro poder!
A través de las llamas de la pasión, y cuando los llamas se disminuyan, ¿Todavía os amarais y os honrarais? 

PAREJA: Si lo haré/Sí lo haré 

¡Entonces sed bendecidos por los poderes del sur! Que juntos bailáis a lo largo del camino del coraje y de la vitalidad. Que vuestra casa se llene de calor.
(oeste) ¡Espíritus del oeste, espíritus del agua, dejadnos sentir vuestra energía que fluye a través de las corrientes del agua blanca y los pozos profundos y serenos de emoción. (a la pareja:) ¿todavía os amareis y os honrareis? 

PAREJA: Sí lo haré/ Sí lo haré 

Entonces sed bendecidos por los poderes del oeste. Que juntos tejáis y mezcláis vuestros deseos, fluyendo con la belleza de las mareas del océano. Que vuestra vida compartida se llene de amor.
(norte ) ¡Espíritus del norte, dejadnos sentir vuestra certeza!/seguridad
A través de tiempos de frías restricciones, cuando los problemas parecen inamovibles, ¿Todavía os amarais y os honrarais ? 

PAREJA: Sí lo haré/Sí lo haré 

Entonces sed bendecidos por los poderes de la tierra. Que juntos echáis raíces por tierra dulce y fértil, para que vuestra unión crezca fuerte. Que vuestras vidas juntos sean ricas con esa fertilidad y su( estado de)perfecta fruición. 

Delante del altar, se juntan las manos y se las atan con cintas de tela.

En los lugares sagrados y en los momentos propicios, nuestros antepasados se cogieron de la mano al casarse, y tales juntas/uniones de manos (¿?????) , atestiguados por los dioses y por la comunidad, eran legales, verdaderas y comprometadoras ¿), tal como el amor ate un corazón a otro.
( novia) y (novio) , ¿estáis preparados para declarar vuestros (¿renovados?) juramentos el uno al otro/a , juramentos que os juntarán, alma a alma, corazón a corazón, juntando las líneas sanguíneas de vuestros antepasados y las de vuestra descendencia, atestiguados por los que se han reunido aquí el día de hoy, en espíritu y en cuerpo, en este círculo sagrado? 

PAREJA: Sí, lo estoy/Sí, lo estoy.

Todas las cosas de la naturaleza son circulares. La noche se hace día, el día conduce de vuelta a la noche que, una vez más, se convierte en día. La luna crece y mengua, y vuelve a crecer. Hay la primavera, el verano, el otoño y el invierno, luego vuelve de nuevo la primavera Éstas son las florecientes ritmos del Ciclo de la Existencia, pero en el Centro del Círculo hay la quietud de la Fuente, eterna y brillante.
(Novia) y (Novia), ¿ Habéis traído el día de hoy con vosotros vuestros símbolos de estos misterios de la vida? 

PAREJA : Sí, lo hemos hecho .


El Padrino da los anillos al Sacerdote.

Que sean bendecidas pues en nombre de los viejos dioses de nuestra tierra, porque son una señal externa y un sagrado recordatorio de vuestro compromiso (el uno con el otro) atestiguado hoy aquí. 

Los anillos se bendicen, se consagran y se ponen encima del altar.

Como el sol y la luna traen la luz a la Tierra, ¿vosotros (Novia) y (Novio),juráis traer a esta unión vuestra/ esto, vuestra unión…. la luz del amor y de la dicha? 

PAREJA: Sí, lo hago / Sí, lo hago. 

El Sacerdote bendice y consagra a la Vela nupcial . La vela puede encenderse en este momento, si es apropiado.
¿Juráis honrar el uno al otro/a tal como honráis aquello que tenéis más sagrado?


PAREJA: Sí, lo hago/ Sí, lo hago. 

Se desata a las manos de la pareja, y la cinta se posa sobre el altar.
Cogiendo los anillos, el Sacerdote da uno al novio, quien lo pone en el dedo de la novia, luego el otro a la novia, quien hace lo mismo, y le formula a continuación sus juramentos personales
El Sacerdote bendice a la Piedra nupcial y la consagra.

La Tierra Sagrada es nuestro hogar. Nos ofrece el poder de la vida, nutriendo a nuestro cuerpo y alma , sosteniéndonos desde el nacimiento hasta que nos soltemos hacia /en los mundos de(l) espíritu. Cada roca y piedra, cada pedrusco y gema contiene dentro de sí las historias de todo el tiempo.
Habéis elegido juntos a esta piedra como cimiento y piedra prima de vuestro matrimonio a partir de este momento. ¿Ahora juráis sobre ella, como símbolo de esta tierra sagrada y de nuestra santa Madre Tierra, que os mantendréis fieles a vuestros juramentos? 

La pareja posan sus manos sobre la piedra que sostiene el Sacerdote.

Que la Tierra sea testigo, pues, de que (Novia) y (Novio) se unen en amor y dicha y libertad. ¿Que así sea!
Coged ahora los regalos /obsequios de vuestras tierras natales y, mezclándolos, ofrecedlos a los espíritus de la tierra sobre la que hacéis vuestros juramentos, esta tierra que ahora es vuestro hogar. 

La pareja mezclan los regalos / obsequios y los vierten sobre la tierra (donde se encuentran. )

Que vuestros juramentos se sellen con un beso. 

La Pareja se besan. Las Damas de Honor y amigos les lanzan los pétalos de confeti y los granos de amor y fertilidad.

Que todos sean testigos de que (Novio) y (Novia) se unen/son/están unidos en amor como Marido y Mujer. A través de este (renovación de su) matrimonio, atestiguado y bendecido, que su amor se vista de la belleza, majestuosidad y poder de esta Tierra sagrada.
Mi propia bendición, y las bendiciones de todos los reunidos aquí estén con vosotros. La bendición de vuestros dioses y de los dioses de vuestros ancestros sea con vosotros. Con vosotros y con todo lo que nazca de vuestra unión. ¡Que así sea! 

EL BANQUETE.

Dentro del Druidismo, el banquete tradicional es de pan y aguamiel. No obstante, éstos pueden sustituirse por (una) tarta y vino o sidra, o lo que se prefiera. Se da el pan a la Novia y al Novio el aguamiel/vino/sidra para que los sostengan mientras el Sacerdote da las bendiciones. Las palabras dadas aquí son generales, pero pueden invocarse deidades específicas.

Madre Tierra, en nombre de nuestros dioses, los dioses de nuestra tierra y de nuestros antepasados, nosotros te damos las gracias. Tú nutres nuestro cuerpo y alma con tus dones de belleza y abundancia. Como nos honras con el precioso don de la vida, así te honramos a ti.
Padre Cielo, en nombre de nuestros dioses, los dioses de nuestra tierra y de nuestros antepasados nosotros te damos las gracias. La luz del sol y las bendiciones de la lluvia caen sobre el cuerpo de nuestra madre, produciendo sus regalos.Como nos honra con tus bendiciones, asi te honramos a ti. 

La pareja ofrecen el primero a la tierra, partiendo el pan y vertiendo el aguamiel, el segundo a los antepasados, luego el uno al otro / otra. Compartiéndolo con todos los presentes, llevan los panes y el cuerno alrededor del Círculo.

El rito del matrimonio se ha completado. 

La pareja se juntan al Círculo.

LA ORACIÓN POR LA PAZ 

Antes de que nuestra ceremonia finaliza y volvemos a los mundos mas allá, formemos el Círculo de todas las existencias, para que podamos compartir la dicha que hemos atestiguado. Levantemos nuestros pensamientos hacia los poderes que nos ofrecen la vida y la inspiración, sabiendo que los dones de belleza y amor recibidos en este rito son nuestros pare compartir, como bendiciones de sanación, protección y abundancia, para este planeta sagrado y todas las criaturas que viven en ella. 

El Sacerdote conforma el círculo y se junta a ello por un momento de silencio/quietud.

Que el mundo se llene de amor, belleza y armonia . 

TODOS: Que así sea. 

LA CLAUSURA DEL RITO. 

El rito se ha completado. Que nuestros recuerdos estén enriquecidos con ello/pro ello. Demos las gracias a los poderes de la naturaleza por su presencia/asistencia. 

Se dan las gracias a los espíritus de las Cuatro Direcciones, los Tres Mundos, los antepasados y a otros que hayan sido invocados por el rito, mientras se cierre al Círculo.

Espíritus del norte, gran oso, fuerte tejón, leal perro, espíritus de la tierra, os damos las gracias por los dones de fuerza y firmeza para conseguir nuestro propósito…) que habéis traído al Círculo. Mi señora del vientre, que tus regalos/dones queden con esta pareja de hoy en adelante/a partir de este día. ¡Saludos y partid en paz!
Espíritus del oeste, gato cazador , sabio salmón, nutria burlón y sabia rana, os damos las gracias por los dones de profunda sabiduría y el libre flujo de la inspiración que habáis traído a nuestro Círculo. Mi Señora de los Mares, deje que tus dones sigan con esta pareja de hoy en adelante/a partir de este día. ¡Saludos y partid en paz!
Espíritus del sur, orgulloso ciervo, zorro veloz, espíritus del fuego, os damos las gracias por los dones de pasión y energía que habáis traído a nuestro Círculo Mi señor de los Verdes Bosques, deje que tus dones sigan con esta pareja de hoy en adelante/ a partir de este día. ¡Saludos y partid / parte en paz!
Espíritus del este, halcón, mirlo, alto águila, espíritus del aire, damos las gracias por los dones de claridad y visión afilada que habáis traído a nuestro Círculo. Mi Señor del sol naciente, que tus dones sigan con esta pareja de hoy en adelante/ a partir de este día. ¡Saludos y parte en paz!
Doy las gracias a todos los seres, visibles y también invisibles, que se han juntado/reunido hoy aquí. Que todos sean bendecidos, regresando a sus reinos en paz.
O Espíritu de este Lugar, te damos las gracias por tus bendiciones. Saludos, O antepasados, O grandes Dioses de antaño, os damos las gracias por vuestra presencia, por vuestra guía y vuestra inspiración. Que estos dones sigan con nosotros mientras os saludamos y nos despedimos.
Que el Círculo se abra para que estas bendiciones puedan compartirse, y para que dé comienzo el banquete. Sed bendecidos, como bendecidos sois. (Blessed be as blessed is) 

El Círculo se deshace.

Esta celebración acaba en paz, tal como empezó. Que el espíritu de este rito y las bendiciones que hemos recibido vayan con todos nosotros mientras partimos de este lugar, para nutrir, fortalecer y sostenernos hasta que nos volvamos a encontrar. Que las bendiciones de este rito nutran, fortalezcan y sostengan a (Novia) y (Novio) a lo largo de su vida compartida / conjunta
¡Que así sea!” 

La pareja encabezan la procesión que ahora deja atrás al círculo, seguidos por el Padrino y las Damas de Honor, padres y otros participantes, los invitados detrás/siguiéndolos a ellos. El Sacerdote es el último en dejar atrás al Círculo, haciendo las últimas oraciones de clausura.
Aquí acaba este rito.

¡Sed bendecidos tal como bendecidos estáis!

(EL COPYRIGHT DE ESTE RITO SIGA PERTENECIENDO A THE BRITISH DRUID ORDER / EMMA RESTALL ORR 1999 / 2001

Copyright The Druid Network 2003.)

miércoles, 20 de julio de 2011

Druidesas



¿Quién no ha oído hablar de los druidas? Aquellos sacerdotes y altos dignatarios del pueblo celta envueltos en un misterio tan mágico y enigmático como ensoñador.  Poco se sabe de ellos, ya que sus ancestrales conocimientos se transmitían oralmente, para así evitar que su sabiduría pudiese ser desvelada a todo aquel que no lo mereciera.  De hecho, todo lo que pronunciaban estaba dotado de tal hermetismo que sólo aquellos iniciados en ese mágico culto podían entender el valor y el significado de las palabras del susodicho. 

 Los celtas eran un pueblo de origen indoeuropeo que se fue extendiendo rápidamente por toda Europa cuyos druidas eran conocidos tanto por su sabiduría como audacia. Incluso eran admirados y temidos por los romanos, principales responsables de que actualmente seamos conocedores de sus costumbres y vida gracias a sus manuscritos. 

Hoy, a petición de una seguidora, me voy a centrar en las druidesas cuya importancia era igual o incluso mayor que los druidas varones, ya que debido a su función de madres eran continuamente asociadas a la vida y a las diosas madre que tanta importancia tenían en esta civilización.  

Entre los celtas, la soberanía estaba estrechamente unida a la Tierra o diosa madre Tierra. La vida, futuro y bienestar de estos pueblos residía en la unión del rey con la diosa Tierra, algo que era realizado a través de rituales muy característicos y con rasgos sexuales. La diosa-madre Tierra era la que, representada en la forma de una mujer, determinaba quién era el varón que debía asumir las funciones de rey. A continuación se realizaba la unión sexual entre éste y la Diosa, requisito indispensable para dar legitimidad y soberanía al elegido. 

Los druidas irlandeses tenían a su cargo este tipo de rituales o ceremonias por lo que no es descabellado pensar que la mujer encargada de representar a la diosa madre podía ser una druidesa. Esto parece confirmarse por parte de manuscritos romanos en los que se nos cuenta que las druidesas tenían el privilegio de elegir como amantes a los guerreros más fuertes y hermosos para obtener una descendencia fuerte y poderosa. Estas costumbres sexuales tan directas y abiertas, era algo que escandalizaba y mucho a la cultura romana al igual que otras libertades de las que disfrutaban las mujeres. 

En una sociedad tan matriarcal como la celta, antes del matrimonio, la mujer era cortejada y conquistada como un ser superior, y en el ejercicio de sus privilegios podía desdeñar, rechazar o negar atenciones hasta de reyes y príncipes, eligiendo a quien quisiera, ofreciendo lo que ellas llamaban “la amistad de sus muslos”. Luego del matrimonio, ella no era propiedad de su marido, sino compañeros. La esposa permanecía como dueña exclusiva de sus propiedades, tampoco las obtenidas por ambos podían ser vendidas o cedidas por el marido, sus derechos sobre los bienes comunes eran iguales y para disponer de ellos era necesario el voluntario consentimiento de ambos. En los casos de separación, se decretaba el derecho de la mujer de quedarse con toda su porción del matrimonio y los regalos de boda, más otra cantidad por daños.
La riqueza iba unida a la autoridad, y si sucedía que la esposa era la más rica se la aceptaba como cabeza de familia y dominante.
 
Las mujeres, desde niñas, eran conscientes de su poder y vínculo con las siembras y cosechas, la naturaleza, su libertad sexual para sentir amor y placer, formar una familia o no y tener hijos sin necesidad de casarse.
Se creía que los hijos venían porque la Diosa así lo decidía dentro de cada mujer y los engendraba estando en la tierra, en el agua o bajo las estrellas. Por eso no era raro que cuando un hombre aceptaba a una mujer también aceptase a sus hijos criándolos como si fuesen suyos. Este hecho era muy natural y se le llamaba Covada”, es decir, amar y cuidar a las criaturas de la mujer amada

Era natural que las mujeres supieran leer el destino en las conchas, en las raíces de algunos árboles, en el agua, en los cristales y piedras y que con frecuencia las nieblas del futuro se viesen menos oscuras ante sus ojos que en los de los hombres. Era natural a su naturaleza, que se comunicaran con los elementos. Y cuando alguna de ellas se reconocía tocada por la Luz de la Diosa, dedicaba su vida al sacerdocio sagrado de la Diosa como druidesa.

Así pues, no es extraño que los celtas creyesen firmemente que las montañas, colinas, árboles, ríos, lagos, arroyos y mares estuviesen dotados de divinidad, casi siempre de carácter femenino. Algunos autores partiendo de esta base creen que las mujeres druidas podían haber sido las guardianas que custodiaban los pozos o manantiales de los lugares llegando a divinizarlas en algunos casos, algo que el cristianismo utilizó para colocar en su lugar a las vírgenes cristianas sacralizando así las fuentes y eliminando todo vestigio de paganismo. 

Según la zona a estas druidesas se les llamaba de muchas formas: Banduaid, Banfhlaith, Banfhilid, Ban-drui, Dryads…Estas mujeres, a la vez sacerdotisas y profetisas, tenían un poder inconmensurable en la sociedad celta llegando a ser un icono clave tanto como guerreras, videntes, poetas o bardas, consejeras, educadoras de reyes y nobles…e incluso alcanzando el puesto más importante, el de ser jefe de la tribu

Tácito, un escritor e historiador latino nos cuenta la presencia de una mujer de orígenes celtas y druida llamada Veleda (69-79 d.C.) que dominaba un vasto territorio y cuya figura era objeto de la más profunda veneración, algo que también se identificó con otras mujeres druidas como Aurinia o Ganna

La influencia de Veleda era tan grande que llegó a ejercer funciones políticas en su época. Se decía que estaba prohibido acercarse o dirigirse a ella y que residía en lo más alto de una torre. Un pariente suyo era el encargado de hacerle llegar las preguntas de la gente y llevar sus respuestas como si de un mensajero o intermediario se tratase. Esto nos da una idea de la importancia que tenía la mujer en el pueblo celta, algo inaudito para otras civilizaciones posteriores como la romana o la griega. También tomaban parte en las asambleas, y eran excelentes diplomáticas, embajadoras y guerreras.

Para los celtas, las mujeres tenían un carácter sagrado y dotado con grandes aptitudes para la adivinación. Se las tenía muy en cuenta tanto en opinión como en predicciones y algunas llegaban a tener tanta importancia que eran consideradas diosas. La mitología nos confirman estas palabras a través de mujeres druidas como Aoife, Gáine, Bodmall, Fioon, Smirgat  y Fidelma.

Este tipo de presencia femenina no era nada excepcional convirtiéndose en un personaje muy recurrido y establecido en la tradición oral de Irlanda. Muchas druidesas aparecen de manera individual en las epopeyas Irlandesas. En "la Segunda batalla de Magh Tuireadh" dos mujeres druidas prometieron "encantar a los árboles y las piedras y la tierra, para que se convirtieran en una hueste y pusiesen en fuga a sus enemigos".

 Para que veáis el misterio y carisma que despedían estas mujeres tan especiales os dejo una descripción que aparece en la mitología irlandesa acerca de la druidesa Fidelma, una hermosa joven que había aprendido “filidhecht” o arte druídico de la adivinación, en Alba, un término que designaba al principio a toda la isla de Gran Bretaña y posteriormente sólo a Escocia:

“Tenía el cabello rubio. Iba cubierta con una capa de colores abigarrados y cerrada con un broche dorado. Llevaba una túnica roja adornada con piedras y provista de una capucha, así como sandalias de hebillas doradas. Su frente era ancha y su mentón fino; sus curvadas cejas eran negras, así como sus pestañas, que proyectaban sobre su rostro una ligera sombre que le embellecía las mejillas. Al verla se podía creer que sus labios eran de color rojo sangre. Sus dientes eran como un collar de perlas entre sus labios. Recogía sus cabellos en tres trenzas, dos de las cuales rodeaban su cabeza, mientras que la tercera descendía por su espalda hasta llegar a acariciar sus pantorrillas. Mantenía entre sus manos un ligero bastón de forma entrelazada que tenía una empuñadura de oro. Sus ojos tenían tres iris. Dos caballos negros tiraban de su carro y ella iba armada.”

Esta misteriosa druidesa aparece en el "Tain Bó Cuailnge", leyenda irlandesa en la cual Medb, la reina de Connacht, consulta a Fidelma sobre su sidh, el sidh de Cruachan y le pide que profetice como le irá a su ejército contra las tropas de Cónchobar. Fidelma profetiza su derrota a causa de Cúchulainn, el gran héroe celta equivalente al Aquiles romano. 

Fue otra mujer, Creirwyn, en esta ocasión una filidh, (palabra que significa vidente o bardo) según nos cuenta una leyenda galesa, quien descubrió el “ogham”, cuando las letras le fueron presentadas por Oghma, “Cara de sol” en forma de adivinanza. Esta filidh, se la llamaba la muchacha más hermosa del mundo, pero su hermosura más que física, residía en conocer los secretos de la profecía, la versificación y la resolución de enigmas y adivinanzas, algo que es desde siempre asociado a las druidesas.

Macha y su maldición
En el "Tain Bó Cuailnge" una mujer, Macha Mong Ruadh, con numerosos rasgos druídicos y la cual esconde su origen a todos incluido a su marido, pronuncia una maldición contra los hombres del Ulster, puesto que nadie la ayuda cuando pide auxilio al sentir los dolores del parto tras ser obligada a correr contra los caballos del Rey por una fanfarronería de su esposo: 

"Durante el momento crítico de una batalla o en cualquier tiempo de opresión o peligro, cada uno de vosotros se verá abatido por una gran debilidad, y sufrirá los mismos dolores que sufre una mujer al dar a luz, esos dolores durarán nueve días y esta maldición persistirá por nueve veces nueve generaciones".
 
Esto nos da una idea del poder que podía poseer una mujer druida y de las consecuencias de ofenderla de alguna manera.

Se dice que la diosa celta Brigit, Brigantia o Brígida, la diosa celta de los poetas, herreros y médicos y guardiana del fuego sagrado, era una mujer druida antes de convertirse al cristianismo. Su nombre remite a brigantis cuya palabra “Brig” significa fuerza, autoridad, dignidad, honor. Se dice que esta mujer, que adoptó el mismo nombre que la antigua diosa celta, nació sobre el año 455 d. C. en el condado de Cown. Su padre era druida y fue quien la educó y la inició en el druidismo y le enseñó el arte de la magia, adivinación y las ciencias sagradas de la naturaleza. Toda su vida está llena de simbolismos druídicos, tales como que al nacer fue amamantada con leche mágica de las vacas del más allá. Olvidándose de su educación se convirtió al cristianismo por Mael, Obispo de Ardagh. Fue ordenada abadesa y se convirtió para todos en Santa Brígida.
Creó su primer monasterio en Drumcee, a la sombra de un gran roble. Fue allí donde esta mujer murió en el año 525. En el año 650, se escribió su biografía y se asimiló su culto con el de la diosa irlandesa Brigit, en un intento por erradicar todo paganismo. De hecho, en el monasterio, cada abadesa que sucedió a Santa Brígida tomó sistemáticamente el nombre de Brigit después de ser investida, de generación en generación.

Según el geógrafo latino, Pomponio Mela, las nueve sacerdotisas druidas de la isla de Sein, al noroeste de la actual Francia, llamadas Gallicenae, tenían el poder de alterar el ritmo de las aguas con sus cantos, transformarse en animales, curar las enfermedades y predecir el futuro de las personas que las visitaban. 
Según él, quien sí visitó las islas, estas  mujeres, al igual que los druidas varones, estaban divididas en tres categorías:

Las de menor autoridad permanecían reclusas y debían observar voto de virginidad perpetua, encargadas de alimentar los fuegos perennes en honor a Dana y Bilé, sus dioses mayores. 
En la segunda categoría, las sacerdotisas podían casarse, pero debían permanecer encerradas en el santuario al que estaban consagradas, y sólo podían abandonarlo unos pocos días al año, para cumplir con sus deberes conyugales; sin embargo podían hablar con la gente, a las que predecían su futuro en las hojas de muérdago
Una bandrui de la clase más alta, jerarquía a la que sólo se accedía después de años de estudio y dedicación y un completo rito, tenía libertad absoluta y se dedicaba a servir al pueblo, y mantener vivas las tradiciones; narraban las leyendas de los guerreros y los dioses, practicaban la astrología y adivinaban el porvenir por la lectura de las víctimas de los sacrificios humanos, que eran practicados exclusivamente por los druidas varones. Se decía que las banfilidh más poderosas, como las llamaban en su lengua, eran altamente reverenciadas por el pueblo, pues dominaban la magia de las piedras y las hierbas curativas, preparando a los moribundos para el buen morir y ocupándose de los nacimientos.

 Estas cualidades fueron confirmadas después por otros eruditos tanto latinos como romanos acerca de estas mujeres druidas:

Una “dryade” vaticinó la muerte de Alejandro Severo en el 235 de la era común como nos refiere su biógrafo: “Una mujer druida le gritó, cuando pasaba, en el idioma de los galos: Ve, pero no esperes alcanzar victoria alguna ni confíes en tus soldados.” Y, ciertamente, poco después, Alejandro Severo, murió a manos de sus soldados. 

Más tarde, Aureliano, otro emperador romano, consultaba a unas druidesas de las Galias sobre si sus descendientes seguirían ostentando la dignidad imperial. Ellas le respondieron que ningún nombre llegaría a ser tan ilustre en la Nación como el de los descendientes de Claudio.
Como no, el vaticinio se cumplió ya que la dinastía de Constancio Cloro, descendiente de Claudio II fue la que gobernó finalmente.

La mayoría de estudiosos parece que están de acuerdo en que estas dryades de la Galia latinizada no tienen que ver con el antiguo sacerdocio céltico, pero no deja de ser curioso el hecho de que se las relacione siempre con la función soberana de la sociedad.

Podemos decir que desde un punto de vista simbólico la mujer druida encarnaba la luna ya que su poder misterioso sobre las aguas y las mareas y su movimiento se asociaba con el ciclo menstrual. No es casualidad, entonces, que la luna acabase convirtiéndose en el símbolo femenino por excelencia en posteriores culturas y que derivasen en ritos y cultos nocturnos misteriosos y evocadores.

Es más, existe un ritual bastante significativo cuando las druidesas practicaban la magia sobre los elementos de la naturaleza.

Arriba: beleño negro, abajo: beleño blanco
Elegían en primer lugar a una joven virgen que debía ir, completamente desnuda, hasta el bosque sagrado y recoger, utilizando únicamente el dedo meñique de su mano izquierda (un símbolo de la luna creciente), la flor dedicada al dios solar Beli, la belinuncia o beleño. Después debía introducirse en las aguas de un río, y como imponía el ritual, alejarse de la orilla caminando hacia atrás, probablemente para imitar la marcha retrógrada del sol aunque hay indicios de que este ritual se realizaba por la noche, a la luz de la luna en un cielo sin nubes
Se decía que este emblemático culto podía causar lluvias abundantes en tiempos de fuertes sequías favoreciendo así la prosperidad de los cultivos y las cosechas. Se dice también que, luego de estos ritos, se solía utilizar la savia venenosa del beleño negro para impregnarla en las flechas y el beleño blanco para realizar ungüentos con fines terapéuticos

Además es curioso descubrir que nunca hubo rivalidad entre Druidas y Druidesas: los Druidas se centraban más hacia lo exterior, lo masculino, lo material, los sacrificios…las Druidesas se centraban más hacia el interior, hacia lo intuitivo, lo espiritual, lo profético, lo misterioso. Quizás era un reflejo de lo que era la sociedad celta: vivir según nuestros instintos y nuestra esencia sin objeciones ni prejuicios. Según sus principios, se cuidaba y adoraba a la naturaleza y la verdad se repartía en cada persona ya que nadie podía poseer la verdad absoluta. Una sociedad cuya figura femenina era muy estimada y venerada; la mujer, esa sabia consejera, madre, maga, trabajadora, compañera…un concepto muy alejado de la esencia de la bruja que el Cristianismo impuso para oscurecer y minimizar el papel de la mujer…algo que afortunadamente podemos decir que ha cambiado

Podemos concluir entonces que las druidesas eran mucho más que simples hechiceras o hacedoras de pócimas y encantamientos. Albergaban una filosofía de vida cultivada, respetada y admirada desde el aprendizaje que adquirían de la madre naturaleza hasta las enseñanzas que sólo otorgaban a aquel que fuese digno. Toda una filosofía muy a tener en cuenta.

Artículo dedicado a Mari Paz Melgarejo Rodriguez

viernes, 15 de julio de 2011

Horóscopo celta III


La Vid (Muin) (2 de septiembre-29 de septiembre)



El significado celta de la vid en la tradición druida tiene el simbolismo de la regeneración, continuidad, fertilidad, generosidad y expansión.

Los druidas consideraban a la vid como un árbol por su tallo leñoso, razón por la cual no es extraño verla incluida en el alfabeto Ogham. Por otra parte, las viñas suelen venir a la mente cuando se habla de vinos, por lo que es probable que las cepas capturasen los corazones de los antiguos celtas, muy aficionados a las bebidas. 

Según los druidas, la vid le debe su simbolismo a sus patrones de crecimiento. Reconocieron que la vid crece de manera oportunista, y que crece en donde sea posible a fin de obtener un fuerte punto de apoyo para asegurar su propio crecimiento. 

Esto nos dice mucho acerca de este arbusto leñoso, la vid nos dice que cuando observamos lo mejor de nuestro entorno o situación,  permanecemos en un estado de relajación, que fluye de la mente, obteniendo en consecuencia, una  mayor ventaja o rendimiento que si estamos en cualquier otra situación. 

Sin embargo, las espinas de estos viñedos son un símbolo de la defensa o la protección que ejercemos nosotros mismos en caso de ser necesario. 

La vid es un tema que se repite una y otra vez en el arte celta. Interconexiones y enredaderas sinuosas se observan con frecuencia en los tapices, los escritos,  los nudos celtas y las tallas en madera. Esto indica además que era un símbolo de la conexión, la eternidad, y la diversidad (asociada a la ramificación y expansión en nuevas direcciones de cada rama de las cepas). 

Por último, los celtas siempre vigilantes observaron que la forma predominante de la vid cuando está en pleno crecimiento es la de una espiral. Y todos sabemos lo que simboliza la espiral: el crecimiento, expansión, renovación, crecimiento y reencarnación.
Para los celtas Branwen, hermana de Bran el Bendito y diosa de la fertilidad y el amor, estaba asociada al vino. Otras divinidades asociadas al vino fueron Etain y el pueblo divino de los Tuatha De Dánann. Según las leyendas celtas fueron los propios Tuatha de Dánann los que introdujeron la vid en Irlanda.

Las parras contienen un fruto: la uva, utilizada para hacer vino, el elixir mágico conocido por sus capacidades para disolver las fronteras que existen en nuestras mentes haciéndonos más receptivos y eliminando nuestras barreras defensivas, lo que nos permite relajarnos y relacionarnos más fácilmente con los demás. El vino era un líquido "sagrado" que para muchos pueblos antiguos, entre ellos los celtas, simbolizaba la sangre de los sacrificios.
La persona nacida bajo este signo,  por lo tanto, es una persona innata, con grandes habilidades para restaurar el equilibrio de las situaciones desgraciadas o injustas.


La Hiedra (Gort) (30 de septiembre a 27 de octubre)




Similar a la vid, el significado celta de la hiedra se refiere al crecimiento, renovación, conexión y amistad.  
Es también un símbolo de vitalidad, ya que los druidas admiraban su color verde brillante. A menudo, las ramitas de hiedra se tejen en una cadena de collares, coronas o adornos en la cabeza para representar la claridad de pensamiento, así como para celebrar la vitalidad de la naturaleza que nos rodea. 

La hiedra es un símbolo de la conexión y amistad debido a que cuando crece sus hojas se entrelazan entre sí, es un ejemplo de los giros y de nuestras amistades en la vida, un testimonio de las conexiones duraderas que formamos con nuestros amigos del pasado que siguen muy presentes hoy en día, eso mismo es lo que simboliza una corona hecha de ramitas de hiedra, por ejemplo. Una guirnalda de hiedras era muy usada para simbolizar no solo la amistad eterna sino el amor eterno, muestra de ello es que los druidas, en muchas celebraciones matrimoniales, entregaban a la pareja un ramo de hiedra, para regalarles las mismas propiedades que posee la planta, representando así la hiedra lo perdurable, lo perenne, lo eterno...
Los druidas empleaban también la hiedra por sus propiedades benéficas: contra la migraña y los calambres musculares, aunque hoy en día esta planta está herbológicamente desechada por su peligrosidad , debida a su alta toxicidad, característica que en tiempos antiguos la hacía apta para potenciar las cualidades proféticas y asimismo se decía que era la planta de las brujas.

La hiedra simboliza la vida, la supervivencia, la amistad, la lealtad, el cariño y el amor eterno. Es el símbolo de la vida eterna por sus hojas siempre verdes, y por la misma razón representa, así mismo, la amistad eterna. Su resistencia, por otra parte, sugiere la permanencia de la memoria, por lo que también es muy utilizada en ceremonias fúnebres.

Otro tributo a la amistad, así como la prueba del tiempo es precisamente la capacidad de la hiedra de crecer en entornos difíciles. La hiedra es increíblemente resistente como hemos dicho y puede soportar condiciones muy duras. Este es un símbolo de nuestra capacidad de ayudar a nuestros amigos sin importarnos las consecuencias.
 
La hiedra es también un símbolo de la supervivencia y la determinación por las mismas razones. Parece que es prácticamente indestructible y con frecuencia regresará después de que haya sufrido daños o se haya visto severamente reducida. Este es un ejemplo del espíritu humano y la fuerza que todos tenemos que llevar a cabo independientemente de los daños, destrozos y todo tipo de penurias con los que la vida nos ha obsequiado.

La  hiedra, al igual que los viñedos, crecen en forma de espiral y por tanto adquiere el significado de la misma: el crecimiento, expansión, renovación, crecimiento y reencarnación.
Los celtas asociaban la hiedra  a las mariposas, las cuales estaban asociadas al mundo féerico y las hadas y simbolizaban la existencia de éstas, siendo así símbolo de los "sidhe" (divinidades feéricas pertenecientes a la mitología irlandesa). La mariposa representa, de este modo, la "metamorfosis", asociando su ciclo de oruga a mariposa con el ciclo vida-muerte, con el que los espíritus nacen, viven, mueren y renacen en un ciclo eterno.

También encontramos en el folclore a hadas como la "Dama Verde de Caerphilly", quien se transformaba en hiedra y cuyo rostro podemos encontrar oculto entre las hojas de esta planta.
La hiedra era utilizada por los druidas para la decoración de altares, pues su aspecto siempre verde simboliza la inmortalidad del espíritu.

Si nos fijamos bien, la mayoría de las hiedras tienen hojas de cinco puntas que lo convierten en un símbolo de protección, ya que significa la armonía de los cinco elementos unidos.
Si has nacido bajo este signo, tu capacidad para crear amistades te permitirá progresar en tus objetivos personales. Es importante que utilices este talento para extenderte hacia el exterior, como la hiedra, de una forma productiva.


La Caña (Ngetal) (28 de octubre al 24 de noviembre)


El significado celta de la caña en el Ogham contiene la esencia de la protección, purificación, comunicación, propósito y aclaración.
Hoy en día no se puede considerar a la caña como un árbol, pero antiguamente, los antiguos celtas, los consideraron así por ser prolíficos en las zonas pantanosas, y sus múltiples beneficios. Las raíces de la caña se hunden profundamente en el agua de la que se nutre. Estas raíces constituyen de hecho la parte más fuerte del junco, de modo que se verdadera fuerza se halla doblemente oculta, tanto por debajo del agua como por debajo del lecho del estanque o lago donde crece.

Los druidas observaron que la caña se componía de un tallo macizo de gran altura que podían utilizar para múltiples cosas. Esta es la razón por la que la caña se consideraba tan importante para ellos. 

Para los celtas todas las cosas naturales representan la conexión con la vida. De esta manera, la caña era muy venerada por su utilidad en las prácticas del día a día de los celtas. Las cañas se entrelazan para hacer techos de paja en sus hogares - algunos de los cuales (cuando eran bien construidos) duraban hasta una década o más. Aquí es donde la caña tiene el símbolo de protección. También es un aislante natural, algo que los celtas utilizaban durante los meses fríos y húmedos. 

La caña tiene un olor dulce cuando se macera, por lo que los celtas las presionaban  y usaban en el suelo de sus casas para desodorizar. Esta fue también una práctica para limpiar y purificar hogares. Las cañas también se utilizaban como velas, como faros de luz durante las noches oscuras. 

La caña se usaba como símbolo de la comunicación. En las manos de un buen artesano (y había muchos entre los antiguos celtas), una caña podía convertirse en un silbido fino, una flauta o cualquier utensilio útil. Estos utensilios musicales eran muy apreciados entre los poetas y bardos. A través de estas flautas y de la música espiritual celta se comunican todos esos mundos fantásticos que componen los mitos y las canciones: la mitología, el heroísmo y la belleza. 

Era además, muy frecuente, escuchar en los campos repletos de cañas, cuando el viento soplaba, un ruido extraño que los celtas interpretaban como una canción, una canción con voces de otro mundo, un mensaje que era traído al mundo de los vivos.

Si has nacido bajo este signo, también dispones de una fortaleza secreta como la de la caña y quizá de motivaciones secretas. Eres un buen comunicador, muy realista y con fuertes habilidades intuitivas.

El Sauco (Ruis) (25 de noviembre-23 de diciembre)


El significado celta del Sauco se refiere al renacimiento, renovación, regeneración, transformación, ciclos.
El saúco no es un árbol propiamente dicho sino un arbusto caducifolio, aunque posee un porte arbóreo y a menudo es considerado un árbol pequeño.

Los druidas y antiguos celtas observaron que este árbol tenía las habilidades naturales de repeler a los insectos y roedores gracias al el olor de sus flores blancas, razón por la que los celtas colgaban sus ramas sobre las puertas para alejar los malos espíritus.
El saúco, además, también era utilizado en ceremonias funerarias; a menudo se plantaba en las tumbas y se creía que si el árbol florecía, el alma de la persona allí enterrada, habría encontrado la felicidad en la tierra del eterno verano, el "Tir na N´Og de la mitología irlandesa.

Al igual que se produjo esta asociación del sauco con la muerte y el destierro de malos espíritus también se relacionó con el concepto de renacimiento y renovación por sus propiedades medicinales. La corteza de sus frutos, las bayas, se han utilizado para tratar todo tipo de dolencias. Los antiguos pueblos celtas reconocieron así su capacidad de curación. Actualmente se sabe que estos frutos son laxantes y depuradores y que sus hojas poseen propiedades desinfectantes. 

Es conocido como un símbolo celta de transformación ya que se asocia con el reino de las hadas desde siempre. La tradición celta indica que si alguien está parado cerca de un sauco en la víspera de San Juan la tierra de las hadas aparecerá antes sus ojos. 

Para los celtas y otras culturas paganas el sauco era hogar de elfos y hadas; dentro del folklore nórdico encontramos a la Dama de los Saúcos o Hyldemoer (la Madre Saúco), un espíritu de la naturaleza que habita en todos y cada uno de estos árboles, mientras que en la tradición druídica se consideraba el último fruto sagrado de la tierra y el vino realizado con sus frutos solo podía ser bebido por los druidas. Los druidas celebraban juicios y asambleas bajo este árbol y lo consideraban protegido por las hadas. Se creía que maltratar o talar un saúco era castigado por las criaturas feéricas que habitaban en él, e incluso para cortar alguna de sus ramas, las cuales muy a menudo han sido utilizadas en la realización de varitas mágicas, era necesario pedir permiso a estos seres protectores. No es casualidad, entonces, que las hadas amen la música, en particular las notas tocadas por una flauta hecha de madera de Sauco.

El Sauco es un árbol muy adaptable, perfectamente capaz de regenerarse a sí mismo de muchas formas. Puede echar raíces a partir de una rama y se recupera con bastante rapidez, lo que le permite superar con igual facilidad los daños sufridos tanto por causas naturales, como antinaturales. Por esto, los nativos bajo el signo del Sauco, son capaces de vivir y prosperar en cualquier condición.