Hoy me he despertado con un sano interés por apoyar y difundir las ferias y mercadillos de todo tipo…si, esas ferias medievales, o festivales dedicados a uno o a otro evento y a los que la gente acude con o sin disfrazar.
A mí personalmente me encantan y opino que no deberían desaparecer ya que evocan una magia muy característica. Son lugares donde te puedes dejar llevar por los olores de la comida artesana, los seres mágicos que pueblan los tenderetes, los mil y uno artilugios extraños que gritan por ser descubiertos y verdaderas joyas que solo un amante de lo cotidiano puede apreciar.
Puesto tipico artesanal de una feria. |
Y sin embargo, este tipo de eventos están tan infravalorados por tanta gente que es una verdadera lástima.
No saben lo que supone organizarlo, lo que le cuesta a los artesanos cuya camadería muchas veces es digna de alabanza, el esfuerzo y la ilusión de toda la gente implicada en el proyecto….y todo para que la feria o festival sea un éxito y pueda reunir en un mismo lugar una gran variedad de culturas y gente de todas las edades.
¿Quién no se ha sentido transportado a otra época o lugar al pasear por una calle engalanada con sus mejores ropas medievales en una festividad de este tipo? Y eso ayuda si las gentes colaboran y van disfrazadas. Incluso sin ir disfrazado es usual ver como todos se dejan llevar por la magia del momento: los niños jugando y riendo, la gente participando y observando con atención las actuaciones de los grupos teatrales que añaden más magia si cabe al acontecimiento, los puestos atestados de gente curiosa y no tan curiosa…Hay tantos detalles que si nos fijamos solo un poco podemos descubrir en esos lugares tanto de nosotros mismos…
Es curioso como en los años 80, este tipo de ferias empezaron a proliferar en las comarcas y provincias sobre todo del norte de España pasando a extenderse poco a poco por el resto del país, siendo los principales precursores los artesanos locales, que eran los que gestionaban todo el evento con el esfuerzo e inversión que ello supone. Muchos se sorprendieron del éxito de la iniciativa que enriqueció las fiestas locales abriendo un nuevo y original negocio artesanal que supo aprovechar la afluencia de los clientes potenciales.
Cartel promocional de Fays. |
Desde este humilde rincón les brindo la mejor de las suertes y un éxito que esperamos sea el precedente de festivales similares. Quién sabe, incluso puede llegar a ser la semilla de la que nazca una nueva forma de ver las ferias tal como las conocemos ahora.
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