Páginas

lunes, 31 de octubre de 2011

El lapislázuli misterioso


Lapislázuli o lazurita, una piedra tan misteriosa y apreciada como mística en todas las etapas de la historia es llamada la “piedra de la comunicación”. Se llama así porque permite comunicar las emociones, ideas y pensamientos de una conciencia superior. Por ello, favorece el cultivo de la belleza física y espiritual, haciendo que su portador triunfe en todos los aspectos sociales.

La palabra lapis proviene del latin “lapis” que significa piedra, y lazuli viene de un viejo termino árabe “allazjward” que significa paraíso, cielo o simplemente azul.

Esta gema de color azul nos ayuda a expresarnos correctamente y a armonizar nuestros pensamientos con las palabras. Esto es especialmente útil en aquellas personas que por su timidez no son capaces de hablar como quisieran. También es un buen estabilizador psíquico lo que nos permite entre otras cosas aprender a discernir entre realidad y fantasía.

Además fomenta la autoconciencia y amplifica el pensamiento cuando nos sentimos rodeados del caos. De esta manera puede guiarnos en la toma de decisiones o simplemente en la organización de ideas o planes. Nos ayuda a tomar consciencia de nuestros verdaderos problemas y nos da pistas para saber cómo solucionarlos. En consecuencia favorece las relaciones de amor y amistad.

Básicamente su fuerza se concentra para desbloquear las energías de los chakras, de manera que es especialmente útil para desbloquear el tercer ojo y permitirnos desarrollar todas esas capacidades que llevamos ocultas. Así nos permite desarrollar nuestra intuición y tener una mayor claridad de pensamiento espiritual.

Esta piedra libera rápidamente el estrés, trayendo una paz profunda. Es una gema protectora capaz de contactar con los espíritus guardianes. Reconoce el ataque psíquico, lo bloquea y devuelve la energía a su fuente. Armoniza pues, los niveles físico, emocional, mental y espiritual lo que hace al lapislázuli muy útil en todos los campos.

Su efecto en el cuerpo:
El lapislázuli alivia el dolor, especialmente el de las migrañas. Permite superar la depresión y es benéfico para los sistemas nervioso y respiratorio, la garganta, la laringe y el tiroides. Limpia el estómago, pecho y pulmones. Su acción principal sobre el cuello hace que pertenezca al Quinto Chakra, el del cuello. Es pues preferible llevarlo como collar, aunque se recomienda ponerlo encima del diafragma, en cualquier lugar entre el esternón y la parte alta de la cabeza.
Cura la melancolía y es indicada para el tratamiento de las afecciones del bazo. Quita las verrugas y hace nacer nuevos cabellos en cejas y pestañas. También ayuda a superar las pérdidas de audición, purifica la sangre y potencia el sistema inmunológico. Alivia el vértigo y reduce la presión sanguínea.

Útil para tratar las afecciones de los ojos, mejora la visión nocturna  y la vista en general, por lo que muchas personas usan el agua lavada con lapislázuli para aplicarla en los ojos mediante un paño.

Historia y mitología:

En Babilonia, Ur y el antiguo Egipto, el lapislázuli era muy apreciado. También era muy usado por las mujeres romanas, persas y chinas como cosmético para pintarse las cejas.

En la antigua Sumeria, la piedra estaba asociada con las deidades en general. Al llevarla el dueño tendría poder mágico sobre dicha deidad. Para ello se tallaban sellos cilíndricos (piedras pequeñas y redondas) de esta piedra con imágenes  y símbolos de la deidad que se quería dominar. Los sellos cilíndricos se usaban como "firmas" presionando la piedra grabada sobre los documentos de arcilla húmeda, y eran apreciados como amuletos y talismanes.

La antigua ciudad de Ur ya mantenía un floreciente comercio de lapislázuli en el cuarto milenio antes de Cristo y aparece en varios pasajes del Libro de los Muertos como piedra de inscripción. Era una de las piedras que figuraban en el bíblico Peto del Juicio” de Aaron (Éxodo: xxviii, 15-30). Los romanos en cambio creían que era un poderoso afrodisíaco. En la Edad Media, se creía que mantenía los miembros sanos y liberaba el alma del error, la envidia y el miedo.

Los hindúes aseguran que ayuda a quemar el Karma o el fruto de acciones negativas del ser humano. También es una piedra protectora, en especial de los niños. En la India contemporánea, las cuentas de lapislázuli se ensartan en hilo de oro. Los niños usan el collar resultante para asegurar la salud, el crecimiento y la protección. En otras épocas, se colocaba alrededor del cuello de los niños para alejar los miedos y las fantasías perturbadoras.

El lapislázuli era una piedra sagrada para los egipcios, consagrada a la diosa Isis y solamente portada por los faraones, sacerdotes y la familia real. Tradicionalmente se le ha considerado un símbolo del poder y la realeza, desde la época de los egipcios, que lo han utilizado en abundancia, ya que se pensaba que era la gema de los dioses. Lo empleaban en polvo, para neutralizar el efecto de venenos y curar algunas enfermedades. También la utilizaron en sus templos porque creyeron que era una piedra del cielo (por su color que parece al cielo nocturno con manchitas plateadas que parecen estrellas). Una piedra de lapislázuli era portada por el sumo juez de esta civilización, representando el Ojo de Isis que todo lo ve. Las tumbas egipcias eran abundantes en objetos grabados de lapislázuli, ya que se pensaba que esta gema protegería, guiaría y confortaría al difunto en su viaje a la vida después de la muerte.

 Para los egipcios el escarabajo sagrado representaba la fuerza de la vida a través de la eternidad para sobreponerse a la experiencia de la muerte física, atributo que también se le otorgaba al lapislázuli y motivo por el cual tallaban sus escarabajos sagrados (especialmente el escarabajo alado que situaban sobre el pecho de las momias para que la persona fallecida alcanzara con mayor facilidad el otro mundo).

 La leyenda dice que los diez mandamientos fueron grabados sobre lapislázuli, al igual que las escrituras sagradas del Islam. La Biblia sugiere que el trono de Dios está hecho de este material, mientras que los primeros cristianos la asimilaron a la Virgen María.

Cuando se introdujo por primera vez el lapislázuli en Europa, se le llamó ultramarino, que significa más allá del mar. El lapislázuli molido mezclado con aceite era el secreto del azul en el ultramarino, el pigmento con el cual los pintores solían pintar el mar y el cielo hasta el siglo diecinueve.

Era popular entre los antiguos alquimistas (siendo llamada sapphirus) los cuales confeccionaban símbolos de llaves en lapislázuli, malaquita o jade verde como amuletos sanadores y lo recomendaban para los que padecían reumatismo, artrosis, artritis y ciática.

Es probable que esta piedra haya estado relacionada y vinculada a la diosa Inanna (Ishtar), la diosa babilónica del amor. No es casualidad pues, que posteriormente el lapislázuli se vinculara a la diosa griega Afrodita.

Cuenta una de las muchas leyendas sobre esta diosa que Ishtar se enamoró del héroe Gilgamesh y para conquistarlo le prometió un carro de ruedas de oro, adornado de lapislázuli y oro, y con las astas de la caja de plata y oro.  

En otra leyenda de gran importancia, Inanna desciende al Infierno para liberar de la muerte a su hermano amante Tammuz raptado previamente por la diosa Ereshkigal. Según la leyenda, Inanna llevaba consigo un collar de lapislázuli que la protegió contra los peligros en su travesía por el Otro Mundo y le permitió traspasar las siete puertas guardianas en las que iba depositando cada una de sus pertenencias:

·         En la primera puerta el demonio guardián obligó a Ishtar a entregar sus sandalias, que los hombres sabios dicen que simboliza entregar la voluntad.

·         En la segunda puerta la Diosa tuvo que dejar sus enjoyados brazaletes de los tobillos, que los hombres sabios dicen que significa entregar el ego.

·         En la tercera puerta entregó sus ropas, que supone entregar la propia mente.

·         En la cuarta entregó los cuencos dorados que cubrían sus pechos, que es como entregar la actividad sexual.

·         Y en la quinta puerta entregó su collar de lapislázuli, que supone desprenderse del éxtasis de la iluminación.

·         En la sexta puerta entregó sus pendientes, que significa entregar la magia.

·         Y finalmente, en la séptima puerta, entregó su corona de mil pétalos, que es entregar la divinidad.

Una vez allí, indefensa fue asesinada por Ereshkigal que colgó el cuerpo de Ishtar en un clavo. De esta travesía surge la metafórica Danza de los Siete Velos. Con su muerte, todo el mundo comenzó a languidecer. Pero el fiel Papusukal llegó hasta los dioses y les pidió que creasen un ser capaz de entrar en el mundo de los muertos y resucitase a Ishtar con la comida y el agua de la vida. Así es como Ishtar resucitó. Sin embargo había un precio que pagar: durante seis meses al año, Tammuz debería vivir en el mundo de los muertos. Mientras él está en el inframundo, Ishtar ha de lamentar su ausencia; en primavera, en cambio, vuelve a salir y todos se llenan de gozo. Como veis esta leyenda se parece y mucho al mito de Deméter y el rapto de su hija Perséfone por el dios Hades. ¿Coincidencia? No lo creo.

Rituales:

Para atraer el amor espiritual:

Usa un trozo de lapislázuli sin pulir con el borde afilado. Ahora coge una vela de color rosa.  Carga la piedra y la vela rosa con tu necesidad de amor (El amor en sí propiamente dicho, no en una persona concreta). Con la punta del lapislázuli graba un corazón en la vela. Colócalo cerca del candelabro y enciende la vela. Medita y concéntrate en como el amor llega a tu vida. Deja arder la vela totalmente y lleva el lapislázuli siempre contigo.

Para curar a un amigo:

Sostén un trozo de lapislázuli en la mano y visualiza a la persona enferma como un ser humano curado, sano y en perfecto estado. Ahora visualiza como la energía curativa fluye desde el interior de la piedra y va, aumentada y especificada, a la persona en concreto.

Purificación:

Envuelve esta piedra en un paño de tela azul intenso, déjala a la luz de una vela azul durante una noche y medita un rato concentrado en la llama sobre todas aquellas impurezas que desea eliminar de tu ser; imagina que estas impurezas salen de su cuerpo como estelas de humo negro y que son atraídas y absorbidas por la piedra envuelta.  Luego abre el paño y visualiza como emanan de la piedra vapores blancos , que penetran en tu cuerpo , De ese modo activarás el poder del lapislázuli para transformar tu oscuridad en luz espiritual.

Meditación:

En el momento de la meditación, se puede poner sobre la frente,  ya que es una piedra que ayuda mucho a la  concentración. Reabsorbe la energía acumulada en esta parte y la enfría.

Ritual para rendir culto a la diosa:

En un mortero, reducimos a polvo una goma arábiga si la hemos comprado en resina. Si la hemos comprado líquida, lo más inteligente es reservarla para el penúltimo paso.
Agregamos la canela (mejor si la adquirimos en polvo, la canela en rama es horrible para moler), el anís estrellado, la corteza de sauce y la pimienta. Lo mezclamos y molemos todo con cuidado, concentrándonos en la finalidad del incienso. Añadimos en este momento la goma arábiga si es líquida, y finalmente unas gotas de aceite esencial de sándalo. La mezcla resultante estará mojada por el aceite, pero esto hará que la resina de la goma arábiga reaccione, “absorbiendo” el líquido al cabo del tiempo.

Con todos los ingredientes ya juntos en el mortero, visualizamos que éstos se llenan de luz amarillenta-blanca, y que esta luz se lleva las impurezas de las plantas mediante un rayo que baja hacia el suelo. Cuando la luz que estemos visualizando esté totalmente blanca, sabremos que el incienso ha quedado purificado. Después, visualizamos una luz blanquiazul que va desde la tierra hacia el incienso como un rayo de luz, y decimos algo como:

“Yo te consagrado para el fin al que has de servir,

rendir culto a Ishtar, Inanna, Astarté, Tanit,

estrella del alba, reina de los Dioses,

lucero de la tarde, hija del cielo.

Que así sea”.

Guardamos nuestro incienso en un recipiente junto a la piedra de Lapislázuli. Antes de quemar el incienso en ritual, sacaremos la piedra para no dañarla.



Y eso es todo, como podeis deducir el lapislázuli es una piedra angular muy amada en todas las culturas y civilizaciones y sobre todo muy rica en cualidades y significados.





miércoles, 26 de octubre de 2011

La amatista y su magia



¿Qué persona no ha se ha sentido fascinada por esta gema tan misteriosa y mágica?

 Esta piedra que va del color púrpura al lavanda, es llamada la piedra de la espiritualidad y la curación por varias razones: potencia la meditación y la conciencia espiritual de la gente a la que toca debido a la alta vibración espiritual  y sedante que posee. 

Se sabe que es una excelente gema protectora y muy poderosa que ayuda a combatir el estrés, las depresiones, el agotamiento mental, la violencia y la energía negativa. Favorece la comprensión, la inteligencia, la motivación y la persuasión por lo que es excelente para las personas indecisas o inestables. También proporciona alivio y calma en los momentos de más angustia por lo que es una excelente  piedra sanadora. 

En consecuencia la amatista es capaz de equilibrar y conectar el aspecto físico, emocional y mental del ser humano, vinculándolo al mundo espiritual. Es, también un excelente limpiador de aura que transforma la energía negativa en positiva, una cualidad muy apreciada por los antiguos alquimistas.

Se dice que si la ponemos debajo de la almohada produce un sueño pacífico y prolongado evitando así el insomnio. No acaban ahí sus cualidades ya que además de aportar paz y equilibrio es un símbolo de serenidad y pureza, una piedra indicada para conseguir la armonía necesaria tanto en nuestro cuerpo y mente como en nuestra casa. Si se usan puntas de amatista o geodas para este fin (armonizar nuestro hogar), se colocan con la punta hacia fuera para liberar energía y con la punta hacia dentro para absorberla.

La amatista en resumen disipa la ira, la furia, el miedo y la ansiedad, alivia la tristeza y la pena, ayuda a superar y asumir las pérdidas, y finalmente promueve la intuición y la meditación espiritual.

Su efecto en el cuerpo:


La amatista también es especialmente benéfica cuando se lleva sobre la garganta o el corazón equilibrando así el organismo ya que estimula el Chakra de la garganta. Es por ello por lo que potencia las glándulas endocrinas y el sistema nervioso, partes del cuerpo afines a este Chakra. 

Favorece además los órganos de limpieza y eliminación y el sistema inmunitario. Es un excelente limpiador sanguíneo además de tratar cualquier tipo de desorden tanto corporal como mental

A efectos curativos, la amatista se utiliza para aliviar los dolores reumáticos, incorporándola diez minutos al día sobre la zona afectada. Para potenciar el tratamiento, la persona debe estar acostada y relajada. Colocada, en cambio, en heridas causadas por algún golpe, reduce los cardenales e hinchazones.
También es beneficiosa para el sistema respiratorio, problemas cutáneos, y problemas digestivos (regula la flora intestinal, elimina parásitos, favorece la reabsorción del agua).


Historia y mitología:

La amatista se conoce desde hace miles de años, pues ya en el antiguo Egipto se utilizaba para crear joyas, sellos personales y tallas. Incluso Cleopatra era muy dada a llevar espléndidos collares hechos de amatista. En la Edad Media, el cristianismo adoptó la amatista como símbolo de renuncia a los bienes terrenales y castidad siendo usada por los obispos en largos y bellos rosarios.

También se le atribuyó la propiedad mágica de curar el alcoholismo y es de ahí de donde procede su nombre en griego: “améthystos que significa “sobrio”.  Se decía que cuando se llevaba en forma de amuleto la persona quedaba protegida de cualquier borrachera ya que tenía la propiedad de absorber el alcohol de la sangre.  De hecho, esta peculiar creencia procede de la mitología griega, donde podemos encontrar una bella leyenda mitológica basada en el origen de tan preciada piedra semipreciosa:

Según la mitología griega, Dionisio, dios del vino y el desenfreno, pretendía y deseaba  a una doncella llamada Amethystos, la cual deseaba permanecer casta. Ella, deseosa de librarse de los brazos del dios, suplicó a la diosa de la castidad para que la ayudase, y ésta escuchando sus plegarias, la transformó en una piedra blanca. Dionisio, humillado y avergonzado de sus actos, vertió vino sobre la roca a modo de disculpa, tiñendo así de púrpura los cristales. Asimismo juró que todo aquel que llevase esa piedra estaría libre de los insanos efectos del alcohol y protegido de los modales licenciosos de un borracho.

Esta leyenda es la principal razón por la cual las copas de vino eran a menudo talladas en esta gema tan característica. En la magia renacentista, por ejemplo, las amatistas grabadas con la imagen de un oso, se usaban como amuletos protectores. También, en épocas greco-romanas los anillos de amatista engarzados en bronce se utilizaban como amuletos contra el mal.

Magia:


Si se utiliza en adivinación en una tirada de piedras la amatista nos indica que algo no va bien. El asunto por el que se pregunta necesita ser arreglado y solucionado cuanto antes.
En los rituales mágicos la amatista es ideal para amplificar todas las energías y transmutarlas en positivo por lo que se utiliza en rituales de protección y purificación.  También se suele utilizar para limpiar amuletos colocando dicho amuleto toda la noche junto a una o varias amatistas. 

Es muy útil también en cualquier tipo de ritual de índole espiritual o por ejemplo para deshacer el mal de ojo. Cuanto más oscuro es el color de la amatista, más fuerte  es su efecto. Es por eso por lo que se recomienda no exponerla demasiado al sol ya que suele palidecer.

Rituales:

Ritual con amatista para discusiones violentas en el hogar: Sostener una amatista en la mano izquierda (o en la derecha si es zurdo). Dejar que las vibraciones calmantes, relajantes y pacíficas invadan a uno mismo.  Decir siete veces en voz alta “Deseo que en mi hogar reine el amor, la armonía y la paz”.

Ritual con amatista para calmar los miedos y levantar el espíritu.  Colocar en la noche, de un jueves con Luna creciente, una amatista pequeña en un recipiente que contenga agua cristalina (preferiblemente de un manantial).  Dejar en el agua la amatista por tres días.  Después de ese tiempo, colocar la amatista en una bolsa de tela de color púrpura donde no sea visto por otras personas.  Llevar esta bolsa siempre consigo.

Ritual para propiciar la meditación Colocar una pieza de amatista delante de una vela blanca y un incensario dentro del que arde incienso de sándalo.

Ritual para aumentar la conciencia psíquica y para agudizar el "sexto sentido"  Colocar una piedra de amatista en el agua de la bañera. Mientras uno se baña, hacer arder una vela de color púrpura claro y, si se desea, para potenciar los efectos, se puede poner tres amatistas más alrededor de la vela.

Hechizo de belleza para desaparecer los granos y la piel áspera: Humedecer la amatista con saliva y  pasarla sobre el rostro.

Ritual con amatista para sanar heridas de amor  Dirigirse a un sitio al aire libre solo. Sostener una amatista en la mano izquierda (o derecha, si es zurdo).  Luego, recoger un puñado de tierra y verter sobre la piedra.   Realizar este proceso dos veces más. A medida que se realiza, visualizar como va depositando su sufrimiento en la piedra. Tirar la amatista de tal forma que al soltarla también el dolor se desprenderá de uno mismo.  Después, respirar profundamente, meditar unos instantes y agradecer a la Tierra por su ayuda, luego darse la vuelta y dejar la piedra y el sufrimiento atrás.

Ritual para aliviar el estrés. Poner ocho puntas de amatista alrededor del cuerpo a un palmo de distancia poniendo las puntas hacia dentro. También poner una punta de amatista entra los pies y debajo de estos y otra encima de la cabeza, dos a la altura del cuello, dos en las caderas y dos puntas amatista en los tobillos. Luego cerrar los ojos y relajarse durante mínimo 10 minutos aunque es recomendable el tiempo de media hora.

Ritual de protección para el hogar. Coloca de dos o tres recipientes con agua en un lugar visible de la casa o frecuentado, como puede ser el comedor. Junto a cada recipiente, debes poner una piedra de amatista. Para reforzar este ritual de protección, cuando te vayas a ir de viaje por una temporada, deja encendida una varilla de incienso, preferentemente de mirra. Si hubiese alguna entidad o energía negativa, con este ritual conseguirás que se aleje de tu hogar. Lograrás proteger tu casa, pues dicha entidad no se sentirá cómoda y sola se marchara.

Limpieza de aura. Es necesario que se esté desnudo porque para limpiar el campo magnético nada debe obstruir dicha limpieza. Primero se prepara agua que no sea del grifo (manantial, río, mineral, etc…) y se sumerge en ella varios pétalos de cualquier rosa menos la amarilla. Un día antes de hacer la limpieza se debe verter el agua en una jarra con los pétalos de rosa y un poco de sal. Dejarlo así durante 24 horas antes del ritual.
Pasadas las 24 horas se enciende una vela blanca. Después se enciende el incienso y  se comienza a pasar el humo que sale de él por todo el cuerpo. Mantén el humo entre uno y tres centímetros de distancia con respecto a tu piel. Cuando hayas terminado, deja el incienso en el incensario de manera que se siga quemando todavía mientras dura el ritual. Después coge la piedra amatista y frótala por todas las partes del cuerpo como si fuera jabón de baño.  Al terminar, se debe dejar la amatista cerca del incienso que debe seguir encendido. Entonces es cuando se coge la mezcla de agua de rosas. Con ella se debe mojar todas las partes del cuerpo dejando luego que éste se seque al aire. Como punto y final del ritual, apaga el incienso y la vela. ¡El aura ya está totalmente limpia!



Como podéis ver la amatista tiene múltiples usos todos para fines beneficiosos, curativos y purificantes. Humilde, sencilla, bella y llena de poder espiritual, esta gema natural constituye un excelente regalo de la naturaleza que podemos hacernos a nosotros mismos o a nuestros seres queridos para que sus vidas sean más llevaderas


lunes, 17 de octubre de 2011

Las tablillas de oro órficas



“Esta es la obra de Mnemosine.

Cuando desciendas a la morada de Hades,
hallarás a la derecha de la puerta una fuente,
y junto a ella un ciprés blanco.

Allí las almas, cuando descienden, se refrescan.

A esta fuente ni siquiera te acerques.

Pero hallarás otra, de  agua fresca fluyendo del lago de Mnemosine.

Delante de ella hay guardias.
Te preguntarán, con sagaz discernimiento,
Por qué investigas las tinieblas del sombrío Hades.

Responde:
 “Soy hijo de la Tierra y del Cielo estrellado,
pero soy de estirpe celestial.
De sed estoy seco y me muero.
Dadme pronto agua fresca para beber, la que mana del lago de Mnemosine”.

Entonces consultarán con la reina subterránea
 y luego te darán de beber de la fuente sagrada.
Entonces, una vez que hayas bebido,
irás a lo largo del camino sagrado
por el que otros mysta (iniciados) y bacchoi (bacos) avanzan gloriosos
 y mandarás sobre los demás héroes.”



Este misterioso e interesante relato mitológico (cuyo resumen,  si os habéis fijado un poco,  está en una de los laterales del blog) es parte de una de las numerosas tablillas de origen órfico descubiertas entre Tesalia y el sur de Italia.

 En concreto esta es la tablilla de Hipponion, cuya versión es la más completa de todas las demás laminillas de oro, cuyo origen data de los siglos IV y III a.C., además de haber sido halladas en diversas tumbas de numerosos lugares. Ahora bien, ¿Por qué se han escrito estas laminas y para qué?

Estas pequeñas laminillas de entre cuatro y ocho cm de ancho y entre uno y tres cm de largo, contienen textos muy breves, con numerosos trozos en verso intercalados con otros en prosa. Su interpretación es bastante difícil y tediosa por el deterioro en el que se encuentran estos valiosos manuscritos aunque de una cosa podemos estar seguros: sus textos contienen en su mayoría descripciones y referencias al otro mundo así como indicaciones dirigidas a las almas de los difuntos. Son por así decirlo, una guía de viaje para el alma iniciada en la muerte y de los peligros que se deben sortear para conseguir el tan merecido premio de conseguir acceder a los beneficios de los campos elíseos.


El Orfismo es una corriente religiosa surgida en el siglo  V- VI a.C.  aunque hay quien afirma que es mucho más antigua, basada en cultos y ritos muy específicos cuya autoría está asociada a la figura del héroe mitológico Orfeo, personaje que según la mitología griega, descendió a los infiernos para rescatar a su amada Eurídice con la sola compañía de su lira, instrumento que cuando tocaba amansaba hasta el terrible Cerbero, el perro de tres cabezas guardián del inframundo. Existía la creencia según los órficos de que Orfeo podía acompañar e indicar las almas de los muertos el camino hacia el Hades y desvelar las particularidades de su geografía, de ahí su importancia.

En honor a él se fundaron los Misterios Órficos o el Orfismo, un conjunto de ideas religiosas y filosóficas transmitidas por sacerdotes que según Platón, iniciaban a grupos pequeños de personas en ciertas ciudades elegidas, en secretos rituales de purificación destinados a prepararse para los peligros del inframundo cuando el cuerpo muriese. Los devotos a este tipo de rituales a menudo practicaban la abstinencia sexual, el vegetarianismo y la prohibición de comer ciertos alimentos como los huevos o vestir prendas confeccionadas con materiales como la lana.


Uno de los mitos principales del Órfismo está centrado en la figura del Dios Dionisio, dios del vino y el éxtasis y de los míticos Titanes.

Dionisio que al principio poseía otro nombre: Zagreus, nació como fruto de la relación incestuosa entre Zeus y la hija de éste: Perséfone. Según los mitos órficos, cuando Zagreus era apenas un niño, Zeus lo designó como sucesor y lo declaró el nuevo rey del cosmos. Los titanes, celosos del nuevo niño dios e incentivados por la celosa Hera, esposa de Zeus, atrajeron al niño con argucias para luego desmembrarlo, cocinar su carne y engullirla.
 
Zeus, furioso, fulminó a los Titanes con su rayo y de sus cenizas nació así la humanidad. Atenea(o Apolo según la versión) consiguió sin embargo, rescatar el corazón de Zagreus (suponemos que donde residía el alma del niño dios) gracias a lo cual posteriormente Zagreus podría renacer en otro vientre materno (o del propio Zeus que tragaría su corazón en otra versión), esta vez, como el nuevo Dionisio. 

Atenea con el corazón de Zagreus y Zeus
Los hombres, de esta manera, heredaron la culpa del crimen de los Titanes, culpa que debían expiar a lo largo de numerosas reencarnaciones  en las cuales sus almas de origen divino (puesto que los Titanes tienen ascendencia divina) se encontraban encerradas en cuerpos mortales como castigo y recordatorio de tan terrible acto.

Para purificar estas almas, el Orfismo declaraba y exigía el cumplimiento de determinadas condiciones rituales y morales tanto en la vida terrenal como en el Más Allá con ritos en honor a Dionisio y a su madre Perséfone.

Podemos afirmar entonces, que muchos de estos ritos órficos se encuentran incluidos en estas tablillas, muchas de las cuales se dirigen al alma del difunto para indicar el camino que debe tomar y las acciones a realizar para evitar los peligros durante su viaje por el inframundo.

La finalidad de las tablillas, las cuales se enterraban con el difunto, era que el alma, en su periplo por el otro mundo, recordara lo aprendido en los ritos iniciáticos aprendidos en vida en el Orfismo, así como una serie de contraseñas que se debían pronunciar indicando así que el alma estaba totalmente purificada de la culpa cometida por los Titanes, y alcanzar así la tan ansiada divinidad

Personificación del lago de Mnemosine
Esta también es la causa por la que, Mnemosine, la musa de la memoria, está presente en las tablillas; para que el difunto recuerde y conserve la memoria de sus experiencias iniciáticas para tener éxito, es por eso por lo que se recalca siempre la importancia de beber de las aguas del lago de Mnemosine, el lago de la memoria.
En este tipo de ritos también es importante explicar a los guardias del mundo subterráneo el origen divino del alma tal como reza la tablilla:

“Soy Hijo de la Tierra y del Cielo estrellado”.

Con esta frase se da a entender que el difunto es descendiente de los Titanes, hijos de Urano (el Cielo) y de Gea (la Tierra); la primera pareja divina.

Con la continuación: “pero soy de estirpe  celestial” se expresa así que el alma es humana, y por tanto, fruto de las cenizas de los Titanes, destruidas por el rayo de Zeus por haber descuartizado y comido a Dionisio pero que el difunto ha realizado todos los rituales de purificación exigidos y que tiene derecho a acceder a la inmortalidad y divinidad del alma.

Las frases “De sed estoy seco y me muero. Dadme pronto agua fresca para beber, la que fluye del lago de Mnemosine”, indica el carácter de iniciado del difunto y el conocimiento que posee, el cual, no está al alcance de todo el mundo: la necesidad de beber sólo del lago de la memoria, del lago del que solo beben los elegidos para recuperar y conservar las memorias aprendidas en la vida terrenal.

Es entonces cuando los guardias deben consultar con Hades o Perséfone para verificar tal condición. Si el iniciado consigue pasar deberá continuar su viaje por el camino sagrado por el que otros iniciados en el Orfismo y ritos dionisiacos han pasado siendo acompañado por ellos para finalmente ascender a la condición de héroe.

En algunas tablillas como la de Thurii el alma en primera persona se dirige hacia Perséfone en lugar de los guardianes para expresar que es libre y purificada de mancha alguna y suplicarle benevolencia:

“Vengo pura de entre los puros, reina del mundo subterráneo.
Pagué una compensación por actos injustos, me dominó o el destino, o el que hiere desde las estrellas con el rayo. ”

Perséfone
Suponemos en este caso que el alma ha pasado los ritos de purificación del Orfismo y ha llegado a un nivel tal que el iniciado no necesita parar por prueba alguna salvo la confirmación de la diosa del inframundo. Si Perséfone no otorgaba su beneplácito podemos deducir que el afectado debía seguir continuando son su eterno circulo de reencarnaciones hasta alcanzar la purificación completa. Si en cambio la diosa accedía y otorgaba el perdón, el iniciado llevaría una vida inmortal y feliz en el inframundo.  

En otras láminas, se refieren específicamente al círculo de reencarnaciones como “círculo de almas” del cual se indica, que tras su recorrido por dicho ciclo,  el alma puede purificarse de la mancha originada por los Titanes convirtiéndose así en un Baco; en un alma divina, es decir, que el alma se identificaría de esta forma con el dios el cual también tuvo que renacer para recuperar su divinidad (Zagreus à Dionisio).  

Dionisio
De esta forma Dionisio, la victima del crimen cometido por los Titanes, es el que debe otorgar su perdón y su madre Perséfone se convierte en la jueza, la que debe decidir el destino del alma; si acceder a que el alma iniciada acceda al Hades como un héroe, como un dios o si por el contrario debe seguir con su círculo de reencarnaciones como dicen las láminas de Pelinna:

“Dichoso y afortunado, serás Dios en vez de mortal. Naciste un dios, del hombre que eras. Toma el camino de la derecha hacia los prados y bosques sagrados de Perséfone. Tendrás vino, feliz privilegio e irás bajo la tierra, cuando hayas cumplido los mismos ritos que los demás dichosos.”

Podemos ver que el vino se otorga como recompensa además de la compañía de los demás adeptos y es lógico puesto que Dionisio es el dios del vino.

En otras tablillas sin embargo leemos palabras sin orden ni concierto, como la encontrada en Pherai y que data del siglo III a.C.

“Andricepaedothyrsus. Andricepaedothyrsus.
Brimo. Brimo.
Entra al médano sagrado pues el iniciado está libre de castigo.”

El prometido paraíso en el Hades para los iniciados
Aquí vemos como el iniciado lo único que tiene que hacer es pronunciar las contraseñas correctas obteniendo como respuesta la indicación para acceder a la felicidad eterna.
La primera palabra Andricepaedothyrsus parece significar “niño adulto que lleva el tirso”, algo que parece ser una referencia al dios Dionisio que en su niñez fue proclamado dios de entre todas las cosas y que al morir tuvo que renacer llegando posteriormente a la etapa adulta. La palabra Brimo parece ser un sobrenombre asociado a la diosa Perséfone.

En otra lámina se indica en cambio que el iniciado no necesita contraseña alguna sino símbolos que demuestran que han pasado y aprobado todos los ritos órficos y por tanto pueden acceder al Hades sin castigo alguno:

“Envíame al thíasos de los iniciados, tengo los símbolos sagrados de Baco y los ritos de Demeter Chthonia y la Madre Montaña.”

El Orfismo supuso una novedad en su época, pues sostenía que la culpa, el míasma, se heredaba de padres a hijos, de modo que estos, aunque fuesen inocentes, debían pagar las injusticias cometidas por los antepasados y de que el alma estaba sometida a un ciclo de reencarnaciones del que, convenientemente purificada, podría zafarse para acabar viviendo eternamente en compañía de los dioses. Irónicamente no era tanta novedad pues como sabemos los celtas ya conocían lo que era la reencarnación.

Según el Orfismo, las almas condenadas debían yacer en el fango del Hades y estaban obligadas a realizar un trabajo imposible: llenar una jarra agujereada con un cedazo también agujereado. En cambio,  a los iniciados y justos siguiendo las instrucciones de las tablillas órficas y los ritos realizados en los misterios órficos les aguardaba el mayor premio: la vida eterna con los dioses.

Es curioso como esta doctrina reinventó la inmortalidad del alma y su acceso al Paraíso…es una pena que muchas tablillas quedaran tan destruidas que no se hayan podido traducir …aunque, quien sabe…puede que estas laminillas nos descubran nuevas cosas sobre este apasionado mundo de mitología y ritos mistéricos. ¿Qué opináis?