jueves, 9 de junio de 2011

Llamador de angeles


Creo que todos algunas veces hemos visto o escuchado acerca de los llamadores de ángeles también llamadas bolas de armonía o bolas musicales. Este talismán tan peculiar consiste en una bola de plata que puede variar en tamaño, colores y diseño; en su interior suele contener trozos pequeños de plata o piedras semipreciosas creando ese bello sonido que produce al agitarlo y que nos ayuda a que nos sintamos relajados. 

Muchos países se han atribuido su creación sin que sepamos a ciencia cierta dónde radica su verdadero origen. Existen teorías tan estrafalarias como que un  joyero alemán se inspiró en una antigua campana o esfera druida para diseñar estos instrumentos, y otras más elaboradas como que fueron creación de los propios celtas como instrumento antiguo de meditación o que su procedencia viene de culturas tan enigmáticas como la india o la china. Las primeras manifestaciones que se conocen de su uso se remontan a la época medieval como amuleto de protección estando presente en infinidad de culturas. La verdad es que es imposible rastrear cuándo y cómo fue su verdadero origen aunque sí podemos deducir que se han originado de forma tradicional en una serie de regiones y como hemos dicho de ciertas culturas, incluyendo Bali y México

En Bali, isla de Indonesia situada entre China y Australia, por ejemplo, es un símbolo tradicional desde que se tiene memoria. Este antiguo talismán hecho a mano, contiene dentro de la esfera un pequeño xilófono originario de Bali o una pequeña bola sonora que crea un sonido particular y mágico. La campana está hecha de bronce y la bola o el diseño relicario está hecho habitualmente de plata esterlina. La mayoría vienen con un pequeño cristal o piedra semipreciosa en la parte superior además de poseer un mecanismo de apertura que al abrirse pone al descubierto la esfera sonora que se puede quitar. Se utiliza principalmente para la relajación y la meditación; el sonido que emite es un excelente calmante para el alma y ayuda a promover el equilibrio interior y la armonía tal como dice su nombre (bolas de armonía). Según  diversas fuentes indonesias estos objetos circulares eran usados por los curanderos en brazos y piernas  para las danzas rituales, representando una particular danza de armonía universal. 

Llamador de angeles de Bali
Por lo general es un símbolo de calma, relajación y meditación utilizado desde que se tiene memoria por mujeres embarazadas tanto en Bali como en otras zonas, rasgo principalmente común en todos estos países durante siglos y generaciones. Suele llevarse como collar con una cadena larga a la altura del ombligo (el Chakra del corazón) para que el llamador toque directamente la piel del vientre de la embarazada. 

 Una antigua costumbre balinesa es que estos amuletos sean utilizados por las embarazadas para tranquilizar al feto que reposa en su vientre materno. Los bebés recién nacidos reconocen el sonido de la bola de armonía de su madre al nacer y se tranquilizan. También suelen darse a menudo a los mejores amigos como recuerdo o representación de amistad eterna

Para los balineses, la música es muy importante (denominada gamelán) considerándose algo sagrado, tanto que se cree que tiene poderes y efectos sobrenaturales. Casualmente El gamelán cuyos instrumentos son principalmente instrumentos de percusión, de cuerda y de viento  es una forma de conexión del individuo con el grupo de tal forma que todos participan con su esfuerzo logrando una armonía perfecta que se refleja en el espectador produciendo efectos inmediatos: relajación, equilibrio tanto mental como espiritual, eliminación de estrés, etc. Los balineses piensan que cada instrumento contiene o representa un espíritu en concreto por lo que su música es principalmente tocada en ceremonias religiosas e importantes tales como bodas, cremaciones, etc. Es muy posible que estas antiguas creencias y tradiciones fueran el germen del que nació el llamador de ángeles, un instrumento cuyos efectos beneficiosos e incluso terapéuticos nos dan la meditación necesaria para alcanzar el equilibrio perfecto. 

No es casual que estos objetos se usen en el Feng Shui, (una antigua filosofía que nació en China hace más de tres mil años) para limpiar o armonizar cualquier ambiente incluido el de las viviendas, donde se colocan en puertas, terrazas o balcones; en resumidas cuentas, en todas aquellas estancias con poco flujo de energía en las que activamos el movimiento necesario para el equilibrio y cuyos efectos varían de acuerdo con la ubicación, número de llamadores de ángeles y sonidos que sirven para la limpieza y renovación de energías.

Existen rumores no demostrados de que el origen de los llamadores en México puede derivar de antiguas tribus sudamericanas que usaban estos llamadores cuando las mujeres estaban encintas o en el propio niño después de nacer a modo de protección o en el lugar donde solía dormir. 

En la antigua tradición mejicana la bola significa suerte para la futura madre y su bebé, que les traerá buena suerte, bienestar y crecimiento y protección frente a las enfermedades. Es más, se piensa que a los bebés les aporta una cierta estabilidad emocional e incluso la creencia de que puede aumentar su coeficiente intelectual, también se dice que benefician al bebé durante la lactancia cuyo sonido ayudará a relajarle. Es por eso por lo que se aconseja a las futuras madres utilizarlo aproximadamente a las 16 a 20 semanas de embarazo, o cuando la propia madre sienta los primeros movimientos del bebé en su vientre. A partir de esta etapa del embarazo el bebé puede oír y distinguir sonidos que se escuchan a través del vientre materno. Para las no embarazadas, sin embargo, un llamador de ángeles es un símbolo de protección y relajación, un instrumento de canalización de energía que puede proteger frente al nerviosismo o el estrés. Otra función que se le atribuye es la de facilitar respuestas importantes a las dudas que envuelven a uno mismo a cambio de hacer sonar el llamador mientras se le pide al ángel la solución indicada.

Los llamadores de ángeles producen un sonido armonioso y agradable, como el de los carillones de viento solo que el sonido es más sutil y perceptible. Según la tradición y leyenda de algunos grupos de esoterismo es un sonido que avisa a nuestro Ángel Guía, el “Ángel de la Guarda”, sonido, que para él, es en realidad una llamada emitida por un ser querido o amado para que lo protega, pues los llamadores transmiten vibraciones metálicas y especiales que únicamente pueden ser escuchadas por él en cualquier lugar. Estos llamadores por tanto atraen la energía positiva representada por los ángeles convirtiéndose en una especie de conversor o receptor energético que nos protege frente la energía negativa.  

Leyendas

Existen numerosas leyendas, historias y cuentos acerca de estos peculiares objetos que hacen despertar la imaginación de la gente que las escucha proporcionando un aliciente más para adquirir un llamador de ángeles. Aquí voy a exponer las más populares. Dependiendo del país, quien lo entrega a la Humanidad u otro colectivo es un genio, un duende o un ángel, figuras que tienen una función similar en diferentes culturas, aunque el resto de la historia es casi idéntica.

Leyenda celta:


“Hace miles de años, los humanos vivían en contacto directo con sus Ángeles Guías o Ángeles de la Guarda, y que, por alguna razón, seguramente vinculada al Pecado Original, tuvieron que dejar de vivir conjuntamente con éllos. Los Ángeles, apenados por la pérdida de la compañía de los humanos, obsequiaron a éstos con colgantes esféricos de plata pura que, al agitarlos, sonaban como campanillas.”
 “Estas esferas eran un símbolo de protección. Los Ángeles se despidieron de los humanos y les explicaron que, aunque ya no los volverían a ver, si se sentían en peligro, desprotegidos o simplemente tristes, sólo necesitaban agitar la esfera, ya que, cuando escuchara su sonido, el Ángel Guía -Ángel Guardián- de cada uno, acudiría en su ayuda o compañía.”
 Los Ángeles pusieron una condición: el colgante sería de uso exclusivo y personal, pues todos tenían un sonido propio y reconocible por cada Ángel Guía -Ángel de la Guarda-, y este ángel no puede ser prestado a otra persona. Si se contravenía esta condición, la magia y protección de la esfera desaparecería. También explicaron a los humanos que el mismo colgante podía ser utilizado por una madre y su bebe mientras éste se encuentra en gestación, ya que en este estado, ambos comparten un Ángel Guía. Una vez que el bebé hubiera visto la luz, la madre debía decidir si el colgante se utilizaba para su protección o para la de su hijo recién nacido”.
 
Los duendes y los ángeles:


Cuenta la leyenda que... en la época de los primeros seres humanos: Adán y Eva… cuando Eva se encontraba lavando a sus hijos para que estuvieran presentables, apareció Dios y ella, avergonzada de los que aún estaban sucios los escondió fuera de su vista. Cuando Dios llegó hasta ella, él alabó a sus hijos limpios y pulcros, pero se dio cuenta enseguida de que Eva le estaba escondiendo a otros, los que aún no había podido lavar.
Entonces Dios con su voz atronadora le dijo que si realmente creía que daba más importancia a la limpieza del cuerpo que del alma y como castigo, hizo invisibles para los demás seres humanos a todos esos hijos de los que se avergonzaba.
De esta manera nacieron los duendes y las hadas. Los duendes son seres mitológicos elementales de la naturaleza, guardianes de los bosques y sus habitantes, grandes expertos en las ciencias ocultas.  Con el paso de los siglos, estos seres han sido relegados tras su época de esplendor a sitios cada vez más reducidos, por el egoísmo del hombre y su poco respeto hacia la Madre Naturaleza.
Cansados de este maltrato, invocaron a los seres divinos pidiendo ayuda y los ángeles oyeron sus plegarias. Como ayuda, éstos les entregaron a los feéricos un colgante como una bola que tenía dentro unas pequeñas campanillas, todo un símbolo de protección. Les dijeron que cuando se sintieran en peligro o desprotegidos agitaran el colgante y los ángeles acudirían en su ayuda al oír las campanillas. La única condición que les pusieron fue que era un objeto intransferible, solo de uso personal y que nunca deberían prestarlos, ya que si lo hacían perderían la protección y la magia del objeto. Así, los duendes llamaron al objeto mágico “llamador de ángeles”.

Los humanos y los ángeles:


A veces hasta el amanecer, cuando no sabemos con certeza si estamos durmiendo o despiertos, o en el momento del crepúsculo, cuando las sombras nos hacen dudar de nuestros sentidos, cuando intuimos presencias, susurros revoloteando, risas contenidas, la sensación de algo que no podemos definir… Son los ángeles: vienen y van, escuchando nuestros secretos y susurrando melodías para nosotros. El sonido que emite el llamador de ángeles los atrae, nos da su protección, apoyo y amor además de ser un valioso complemento en infinidad de ocasiones. Cuenta la leyenda que en los albores del tiempo, los Humanos y los Ángeles convivían en el Mundo en total armonía. Pero un día los Ángeles tuvieron que abandonar la tierra, dejando a los Hombres sin la protección que les proporcionaba. Como muestra del vínculo que les unía, hicieron entrega a los Hombres de una especie de campanillas que producían un sonido melodioso al ser agitadas. Lo único que pidieron a cambio es que su uso fuese personal e intransferible. Los llamadores no debían prestarse a otras personas, ya que perderían su magia y dejarían de funcionar. Mientras los Hombres mantuviesen su pacto, ellos volverían para protegerles y confortarles cada vez que escuchasen su llamada.

Limpieza

Al igual que para limpiar cualquier tipo de talismán o objeto esotérico el llamador de ángeles tiene mil formas de limpiarlo.
Una forma muy popular de hacerlo es coger  un paño blanco de algodón (importante) a la luz de la luna llena y dejarlo toda la noche sobre el paño a la luz. Esto es como un baño de luz purificante.

Otra forma es lavarlo con agua y sal gorda e imaginarse que el agua tiene un color azul o blanco que se lleva toda la suciedad. Cuando se imagina el agua limpia se seca y listo. También se puede dejar durante unas horas enterrado en una maceta de tierra para purificarlo.

Debido a las numerosas leyendas que circulan acerca de estos llamadores, es frecuente escuchar que el llamador de ángeles debe ser únicamente tocado y usado por su portador. Es lógico que así sea ya que es evidente que si lo queremos para llenarnos de energía positiva no debemos contaminarlo con otras energías o vibraciones que puedan llenarnos de energía de otras personas.

Es por ello que cuando alguien lo ha tocado se recomienda utilizar alguno de los anteriores métodos para purificarlo. Con alguno de todos estos rituales el objeto se limpiará y volverá a cargarse de energía positiva. Es importante hacerlo en caso de que nos lo regale alguien (algo que dicen te da más suerte pero en realidad este hecho es poco importante, sí lo es la fe que se tiene en él, algo que pasa con todos los talismanes.). Pensemos que cualquier objeto que nos regalen vendrá lleno de la energía de la persona que nos lo regaló ya que los occidentales somos muy dados a los regalos, algo que muy poca gente se para a pensar ya que conlleva sus beneficios y sus riesgos

En estos tiempos han aparecido múltiples formas y variedades del mismo objeto, aptas para todos los gustos: lisos o trabajados, grandes o pequeños, de colores, aunque el llamador original, por así decirlo, era completamente liso y se dice que realizado con alpaca. Suelen tener un precio muy asequible para cualquier consumidor siendo encontrados en tiendas de decoración y complementos o en joyerías. Independientemente de creer o no en su significado se trata de un colgante hermoso, que no pesa y que constituye un complemento perfecto para las embarazadas, que se sienten más seguras y guapas al llevarlo y para las no embarazadas ya que significa un buen amuleto vibrador de buenas y beneficiosas energías.

Artículo dedicado a DarkSoul

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