Aunque
sea un poco tarde ya, quiero desearos un:
¡Feliz año 2012!
Espero de corazón que este año nuevo esté repleto de ilusiones,
proyectos y sueños cumplidos para todos.
Al igual que nosotros
emprendemos nuevas y futuras intenciones de empezar el año siendo mejores
personas realizando acciones que así lo demuestren, como puede ser adelgazar,
dejar de fumar, apuntarse al gimnasio, etc… y todas esas decisiones que tomamos
cada año nuevo, los druidas tenían una filosofía parecida solo que lo
realizaban a lo largo de toda su vida y no solamente al inicio de año nuevo.
Como sabéis, las fuentes
eran consideradas lugares sagrados y a ellas estaba asociado el ritual del
nacimiento. Para los druidas, al nacer, se asignaba un nombre provisional o
temporal, que solamente era modificado cuando esa persona, ya adulta, realizaba
alguna hazaña de gran importancia o pasaba unas pruebas iniciáticas
específicas. Esas pruebas estaban destinadas a mejorar, purificar y evolucionar
el alma del iniciado de tal forma que alcanzara los siguientes niveles hasta
alcanzar el mayor grado que era el de druida. Era tal, la obsesión por
conseguir la perfección y la sabiduría absoluta, que los druidas, muy a menudo,
imponían los geis, ges o gessa (en irlandés moderno, geassa).
Este Ges es un
tabú o prohibición que podía ser impuesto sobre los guerreros o personas que
realizaban cualquier tipo de ofensa grave en la antigua Irlanda. Si la persona
a la que se le imponía el geis no lo cumplía, era rechazada y expulsada del
clan o pueblo celta al que pertenecía. En algunos casos incluso se ganaban una
maldición o edicto del druida jefe del pueblo, lo que equivalía para los celtas
en algo mucho peor que la muerte; tal era su devoción por el honor. Esto se
realizaba para mantener el equilibrio en la sociedad y en su entorno de tal
forma que los rebeldes y indisciplinados no tenían cabida. De hecho, se dice
que algunos gessa, los adjudicaban los druidas sobre alguien en el momento de
nacer y que las pruebas iniciáticas para pasar de grado se basaban en este geis
impuesto al nacer. De esta forma se probaba la disciplina y el honor y pureza
del iniciado en cuestión.
En la mitología celta el
gess es algo muy frecuente, utilizado por diosas, druidas e incluso por
monstruos para enfrentarse a los temidos guerreros celtas y demostrar su
sabiduría o cobardía.
Otra forma de reclamar
justicia contra alguien que había ofendido a otra persona era el Troscad, que
consistía en un ayuno ritual, y la persona contra la que se ejercía debía ser
informada de dicha ofensa, de forma que el ofendido permanecía delante de la
puerta del ofensor hasta que éste reconocía dicha ofensa y aceptaba una
solución justa, casi siempre promulgada por el druida.
Otro de los rituales más
importantes era el llamado círculo de la prosperidad. Simulando el movimiento
del sol, en el sentido de las agujas del reloj y como sucesión del día y de la
noche, y del paso de las estaciones, se hacían rituales caminando hacia la
derecha alrededor de pozos, piedras sagradas, o el propio fuego, siempre con la
finalidad de favorecer la prosperidad y el beneplácito de los dioses.
Y por supuesto, no nos
podemos olvidar del famoso ritual del muérdago, realizado por estas fechas.
Según el romano Plinio el Viejo, el ritual consistía en el corte del muérdago del
roble sagrado realizado por un druida vestido de blanco con una hoz de oro
durante el sexto día de luna, y el sacrificio posterior de dos toros blancos. Plinio
no especifica el momento del año en que se llevaba a cabo este ritual, muchos
deducen que podía hacerse en cualquier época, siempre y cuando se realizara
durante el sexto día lunar; sin embargo otros autores afirman que se realizaba durante
el 1 de noviembre o días posteriores durante el solsticio de invierno, sobre el
21 de diciembre. Sea como fuere, Plinio especifica que el muérdago recién
cortado debía depositarse y recogerse en un paño de color blanco. Después se
celebraba el ofrecimiento de dos toros blancos y jóvenes, que nunca hubieran
sido vencidos. Para dar más misterio al asunto, el muérdago nunca debía tomar
contacto con el suelo, ya que según los druidas de hacerlo perdería todas sus
propiedades. Para los celtas esta planta era considerada mágica ya que poseía
un increíble poder sanador. De hecho su denominación irlandesa: Uileiceadh o galesa:
Oll-iach, significa “la curación de
todo”.
Además creían firmemente en que,
el muérdago, en la bebida, proporcionaba fecundidad a los animales estériles y
que era un gran antídoto para cualquier clase de veneno lo que lo convertía en
una planta muy apreciada entre todas las hierbas medicinales empleadas por
estos sabios celtas. También era utilizado como amuleto protector siendo
depositado en las casas de los pueblos para alejar todo tipo de males. Como la casa o el hogar era un lugar de
intercambio de besos con las visitas que llegaban habitualmente, acabó
asociándose el muérdago con los besos.
Evidentemente hay
muchísimas leyendas unas más románticas y otras más mágicas asociadas a esta
misteriosa hierba medicinal. Asociado a Taranis, el dios galo del trueno, se
dice que el muérdago nació cuando un rayo cayó sobre una rama de un roble
uniendo de esta forma simbólica el cielo y la tierra.
Una pequeña anécdota para
los curiosos como yo:
En Inglaterra, en la época
medieval el muérdago era utilizado para mantener alejados a los hombres lobo.
La causa la desconozco pero apuesto a que tiene algo que ver con esa cualidad
protectora que los antiguos celtas asociaban a tan verde y preciado tesoro.
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